jueves, 26 de febrero de 2009

Ruta del Alba (Soto de Agues, Sobrescobio)


La Ruta del Alba completa la triología de monumentos naturales de Redes. La cuenca fluvial del rio Alba es la ruta de ocio deportivo mas admirada y concurrida del parque natural. De nuevo los protagonistas del paisaje son la roca caliza, el agua, el bosque y, sobre todo, los tupidos hayedos del monte de Llaímo, en el paraje de la Cruz de los Ríos. A lo largo del camino del Alba también hay robles, tilos, avellanos, sauces, tejos y acebos, el arbolillo que llama la atención a los niños cuando descubren sus hojas pinchantes entre la vegetación del bosque. Los aficionados a la botánica podrán tener como misión encontrar entre las paredes de los desfiladeros del Alba, en la última etapa de la ruta, una planta carníbora reconocible por los insectos que suele tener atrapados en sus hojas. Mucho mas fácil de ver es el mirlo acuático, cuya población mas numerosa en Asturias se aloja en los torrentes de río Alba.
La enorme popularidad de esta ruta ha llevado a los promotores turísticos del Redes a pavimentar la vieja pista del Alba hasta el pontón del Retortoriu, dejando el firme liso y acondicionado para bicicletas de montaña y patines. Si se quiere hacer el recorrido patinando es necesario dominar los patines, puesto que en el bajada hay que sortear varias curvas cerradas y rampas empinadas.

Distancia : 14 kilómetros
Agua : Hay fuentes por el camino
Desnivel positivo del ascenso : 360 metros
Tiempo : 5 horas y media
Principales formaciones : Hayas, robles, sauces y alisos
Edad recomendable : A partir de 8 años
Carritos de bebé : Hasta el área recreativa La Vega
Bicicletas : Hasta el área recreativa La Vega
Puntos peligrosos para los niños : ninguno

Cómo llegamos
Desde Oviedo por la carretera AS-17, conocida como Corredor del Nalón. Pasar por Langreo y en Pola de Laviana tomar la dirección del puerto de Tarna. En Rioseco girar a la derecha y seguir las indicaciones para llegar a Villamorey y Soto de Agues.
De dónde salimos
Aparcamiento de Soto de Agues, a la entrada de la población.

Por dónde vamos
Soto de Agues
El aparcamiento de Soto de Agues está justo en el acceso al pueblo, allado de las instalaciones deportivas. El cartel que indica el punto de partida del sendero de pequeño recorrido PR-AS-62 Ruta del Alba está en le puente medieval del río Alba, que comunica los núcleos rurales de Soto y San Andrés, al lado de una casona típica asturiana, con arco dovelado y recios sillares en las fachadas. Otra opción es atravesar el pueblo en coche y aparcar en el lavadero, donde comienza la pista del valle del Alba, pero entonces no se podría admirar de cerca la bella arquitectura popular de las calles de Soto, llenas de hórreos y paneras, en total 48, casas señoriales con corredores de madera de castaño, pajares con entramados de madera, dos molinos, un potro de herrar, varios abrevaderos y otros elementos característicos de los pueblos del medio rural de Redes. También hay que fijarse en los dibujos del pavimento, que representa personajes de la mitología asturiana, animales del bosque y elementos de la vida cotidiana. Al final de la calle principal aparece el mencionado lavadero con sus tres caños de agua fresca e imágenes de los usos del antiguo estilo de vida, y poco después llegamos a una esplanada, donde un cartel indica el comienzo de la ruta del Alba. A partir de este punto está restringida la circulación de coches y sólo pueden pasar el valle vecinos del pueblo. El camino es excelente y se puede hacer en bicicleta o patines; son muy recomendables los patines en línea de tres ruedas, mas grande de lo habitual y mas recomendables para firmes irregulares. Otra gran opción consiste en llegar en bicicleta de montaña hasta el área de recreo de la Vega y continuar después a pie has la Cruz de los Ríos. A los 14 kilómetros del recorrido completo, ida y vuelta, quizá sean demasiados para los niños que no estén acostumbrados a caminar mas de cinco horas y, sin embargo, el tramo final es el más deslumbrante, con casacadas, puentes medievales, árboles colgados en las paredes del desfiladero, torrentes y un entorno completamente salvaje. Para llegar hasta aquí y poder disfrutar del paisaje una buena alternativa es subir pedaleando hasta el cruce de La Vega, esconder la bici en el bosque y hacer los dos kilómetros de la hoz del Alba a pie. La experiencia será inolvidable.

La pista deja el pueblo de Soto y entra en un valle abierto y encantador. La vega del río Alba es una sucesión de prados verdes, cercados de madera y rústicas cabañas bien cuidadas. A un kilómetro del pueblo el camino rodea las terrazas fluviales de la piscifactoría del Alba, una buena muestra de la utilización de los recursos naturales de un modo racional. La ruta se acerca a la orilla del río y atraviesa el puente Precia de la Vara, de donde sale un camino a la izquierda que se dirige a San Andrés. En el camino de vuelta habrá que tener en cuenta este punto para regresar a Soto por la variante del mirador. En varios puntos a lo largo de la excursión encontraremos paneles con abundante información acerca de los valores naturales y los principales ecosistemas del valle del Alba. El primero se ocupa de las rocas que forman la estructura del valle: muestra un mapa del sustrato geológico de la Cuenca del Río Alba y explica la composición mineral de las calizas y cuarcitas.
En una curva cerrada del camino hay un puente de madera donde nace un sendero que sube por la Vallina les Edroses, una enorme rampa de hierba que llama la atención entre las montañas grises de la garganta. En una zona ancha y boscosa, enredadas en una maraña de castaños, avellanos y robles, aparecen al lado de la pista las ruinas de los antiguos cargaderos de mineral de Campurru.

Área recreativa La Vega
El tramo pavimentado termina en el cruce del puente de Retortoriu, a 3,8 kilómetros de la salida, y de allí parten dos caminos. La pista de la izquierda atraviesa el puente y sube a las camperas de los pastos de Bauga. La excursión sigue por el camino principal de la derecha, pasa por unos nuevos carteles temáticos, dedicados esta vez a las rapaces de redes y a la interpretación del paisaje, y llega al cruce de la zona recreativa de La Vega, un pequeño claro en el bosque al lado del río acondicionado con mesas.
La ruta avanza de frente por el interior del hayedo, señalizada con los postes del sendero PR-AS-62. La vereda se convierte en una senda estrecha excavada en las paredes del desfiladero, que cada vez se van aproximando más entre ellas, dando la impresión a cada curva de que la garganta se cierra por completo. En este entorno los árboles crecen donde pueden: unos se agarran a los resaltes de las rocas y aprovechan los nutrientes de las grietas, otros se cuelgan de las murallas de piedra y dejan volar las raices en el abismo. El río, por su parte, es una madeja interminable de aguas blancas salpicando piedras cubiertas de líquenes y musgo. En los tramos más escarpados se forman pequeños saltos y pozas de aguas transparentes rodeadas de sauces, alisos, sargas, mostajos y tilos. En los pequeños rincones de suelo firme crecen robles y hayas gigantescos, luchando por alcanzar los rayos del sol que entran durante unas pocas horas al interior del desfiladero. En las partes más estrechas el torrente del río salpica las piedras del caminoy el suelo puede resbalar. En otros parajes el camino está esculpido en la pared caliza y protegido por barandillas de madera. El momento en que la excursión atraviesa la hoz del Alba, conocida también como las Foces del Llaímo,es quizá, uno de los mas fascinantes y asombrosos.
Cruz de los Ríos
Por una de las angosturas el sendero atraviesa el puente medieval de la Pontona, construido al lado de la cascada de la Sapera, el salto de agua más alto de la ruta. Poco después se pasa por el puente de la Resquiebra, del mismo estilo. A los pocos minutos aparece el puente colgante, mucho más actual y moderno que los anteriores, que sale del paraje de la Cruz de los Ríos. El nombre se debe a la confluencia de los arroyos de montaña que recogen el agua de los macizos de la Forcada y Retriñón, dando origen al río Alba. El paraje es una pequeña pradera rodeada de cercados de troncos para impedir el acceso a las vacas. En el centro hay un edificio en ruinas que hace tiempo era un refugio de montaña y ahora se convierte en un bar durante el verano. El hayedo del monte de Llaímo domina el paisaje forestal. Al fonde se distingue la cuerda de la sierra de Collarroces y las crestas del pico Retriñón, frontera geográfica de los concejos de Aller, Caso y Sobrescobio.
Soto de Agues
La excursión retorna por el mismo camino hasta el puente Precia de la Vara y toma el camino del mirador. El camino recorre el valle a media altura para terminar, otra vez, en el pueblo.
Qué podemos aprender
Cómo planificar una excursión
La Ruta del Alba es la excursión mas larga de la guía. Una familia que tenga un nivel medio de preparación senderista puede tardar una jornada completa, tomando en cuenta el tiempo preciso para varias paradas y contando también el rato de la comida, y en las montañas cantábricas un día es tiempo suficiente para que puedan ocurrir cambios de clima imprevisibles. La Ruta del Alba es una buena oportunidad para llamar la atención sobre un tema importante: la planificación de una excursión de montaña. Antes de salir hay que estudiar la ruta, ver los tramos complejos, los que pueden presentar dificultades en caso de tormenta o niebla como desfiladeros, puentes, atajos, etc.; cargar la batería del móvil, consultar las previsiones meteorológicas y preparar la mochila para un recorrido largo. En el macuto hay que meter siempre ropa de abrigo, aunque en verano vale un gorro fino y un chubasquero impermeable, las gafas de sol, el gorro y los protectores solares. Los calcetines son recomendables porque en un buén chaparrón de montaña se acaba con los pies empapados, y caminando así salen ampollas. Los alimentos deben de ser abundantes y ricos en hidratos de carbono, glucosa -azúcares- y proteinas. Por eso conviene llevar frutos secos, zumos, chocolate, galletas, jamón cocido, membrillo o queso.
En caso de tormenta no hay que desviarse de la ruta principal ni tomar ningún atajo. En el valle del Alba no es difícil seguir esta instrucción porque el itinerario va y vuelve por el mismo camino. Tampoco se debe entrar en el cauce del río, pués la lluvia puede aumentar el caudal y un vadeo innecesario se puede convertir en una trampa. En caso de que exista riesto de descargas eléctricas hay que evitar entrar en el desfiladero del Alba, alejarse de las cuevas, los bloques de rocas y las paredes de piedra. La mejor opción es sentarse en cuclillas como una bola, en una zona despejada como es, por ejemplo la mitas de un prado, y esperar a que pase la tormenta. En estos momentos es cuando se aprecia la calidad de un chubasquero realmente impermeable. Dentro del bosque hay que buscar la zona de árboles mas bajos y sentarse en el suelo, lejos de los troncos. Si alguien del grupo siente cansancio antes de llegar al final de la ruta, o se aburre y no quiere seguir, afectando también a la moral del resto, charlar de un tema ameno para romper la rutina de la marcha o dar la vuelta y renunciar a la ruta. Los paisajes están en el mismo sitio desde hace miles de años, y van a seguir ahí mucho más. Ya habrá tiempo de volver en otro momento.
Qué mas visitar
Casa del Agua


Es un interesante museo construido en el pueblo de Rioseco para sensibilizar al visitante, de una forma interactiva, de las propiedades y virtudes que convierten al agua en una sustancia vital y única en la naturalez, imprecindible para la vida y las actividades del ser humano. El museo dispone de modernos recursos didácticos que permiten experimentar y observar los procesos relaciones con el agua y reconocer su importancia como un bien escaso. También tienen información de las rutas senderistas del parque. Horario : de 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 20:00. Entrada gratuita. Tlf. 985.60.90.99
Castillo de Villamorey

Es un vestigio de la época medieval, aunque el origen de la fortaleza se remonta al control del valle del Nalón en tiempos de la ocupación romana, cuando las legiones de Augusto levantaron una línea de baluartes defensivos en la falda norte de la Cordillera Cantábrica. El Torrexón, como se conoce en la zona, fue reconstruido en tiempos de Alfonso I. Hoy se encuentra en ruinas y solo se mantiene de pie y sección de la murrala y el torreón. Esta ubicado en el desfiladero de entrada al concejo de Sobrescobio, cerca de la presa del embalse de Rioseco.
Datos prácticos
Dónde dormir
Casa rural El Bosque Encantado. La Puente,14 33993 Soto de Agues Tlf. 660.67.18.92. Casona de 1900 restaurada. Salón, chimenea, biblioteca y cocina completa. Capacidad para 8 plazas en habitaciones con baño independiente. Rutas a caballo.
La Casona del Indiano Rioseco, 71 33993 Rioseco. Tlf. 985.89.34.34. Casa de alquiler completo con capacidad para 5 personas. Tres plantas, salon con chimenea, zona de lectura y decoración muy cuidada. Una habitación está abuardillada.
El Desván de Güelita Ladines s/n. 33993 Ladines. Tlf. 985.60.91.50. Conjunto de casas rurales construidas en piedra y madera, según la costumbre de la arquitectura tradicional de la zona. Entrada independiente y equipamiento moderno y completo. Capacidad de 2 a 6 personas.
Apartamentos La Xamoca. La Cantera de Arriba s/n. 33993 Campiellos. Tlf. 653.30.45.09. Apartamentos independientes de 2 a 4 plazas con salón, chimenea de leña, terraza y cocina bien equipada.
Nucleos de turismo rural Maria Fray Norberto del Prado, 43 33980 Pola de Laviana. Tlf. 985.60.27.93. Central de reservas que agrupa diferentes alojamientos rurales en el concejo de Sobrescobio: Casas de aldea, apartamentos rurales y casas rurales en varios pueblos de la zona.
Dónde comer
La Casona de Rioseco Ctra. General, 91- 33993 Rioseco. Tlf. 985.60.97.04. Es el comedor del hostal. Cocina asturiana. Fabes con jabalí, carnes de la zona y postres caseros
Llaímo. 33993. Soto de Agues. Tlf. 985.60.92.01. Cocina casera asturiana. Sidrería y dulces típicos.
El Merendero de Anzó 33993 Anzó. Tlf. 985.60.92.15. Cocina casera asturiana. Cabrito guisado y cordero a la estaca trinchado al fuego de leña.

Las rutas del Alba
La ruta del Alba del siglo XXI es una atractiva propuesta de ocio activo, perfectamente acondicionada, que muestra la belleza y los encantos de los paisajes de Redes. Durante siglos el valle mas frecuentado por los visitantes del parque natural ha sido una primitiva vía de comunicación utilizada desde tiempos remotos por pastores y arrieros para saltar las montañas que separan los concejos de Aller y Sobrescobio. En épocas más recientes el camino fué aprovechado para transportar el hierro extraido del Carmen, un pozo minero sumergido en la espesura de los hayedos del monte de Llaímo. La piedra se bajaba en la montaña a lomos de animales hasta el cargadero del Campurru, donde se trasladaba a los vehículos encargados de llevar el mineral a los altos hornos de la cuenca del Nalón. La fachada del viejo cargadero es el único vestigio de la historia minera del valle del Alba.


Puentes de montaña
La Ruta del Alba adquiere todo su valor histórico y cultural al atravesar el desfiladero y transitar por la calzada que une los puentes medievales de las Foces de Llaímo. Es admirable el trabajo y el esfuerzo de los antiguos habitantes de los montes de Redes para abrir vías de comunicación en unos territorios tan inhóspitos, expuestos a la adversa meteorología y el ataque de las vestias salvajes. Los puentes del Alba son dos sólidas construcciones de sillar calizo , levantadas en arco de medio punto y unidas mediante una calzada de losas de piedra acopladas al pie de las enormes murallas del barranco. El resto del sendero se abre paso junto a los rápidos del torrente , dando mordiscos a las parades calcáreas, buscando con decisión la salida de la garganta para seguir su camino por las majadas y los bosques de la montaña hacia Felechosa y el valle del río Aller.

La fauna de Redes
El halledo del monte de Llaímo es un refugio excepcional para la fauna más selecta del parque natural de Redes. Corzos, rebecos, urogallos, jabalíes, osos y lobos deambulan libremente por el paraje de la Cruz de los Ríos. El oso pardo y el urogallo cantábrico son dos especies en peligro de extinción muy escurridizas, así que no es fácil disfrutar de us presencia habitualmente. Al urogallo se le puede llegar a escuchar con paciencia y sabiendo dónde tiene los contaderos. Del resto de las 50 especies de mamíferos que tienen su habitat dentro del espacio protegido es visible algún ejemplar, generalmente algún corzo o un ciervo, a primera hora de la mañana o al atardecer merodeando por los arroyos de los linderos del bosque. El rebeco prefiere los territorios altos y solitarios cercanos a las cumbres.
Equipo
Ropa de repuesto, incluidos calcetines, alimentos energéticos, teléfono móvil con la batería completa y un juego de mesa de viaje por si hay que pasar varias horas dentro de un refugio o cabaña pastoril esperando a que pase una tormenta.
Actividades complementarias y juegos
1.- Observar las plantas que crecen en las paredes del desfiladero.
2.- Bañarse en las pozas del río Alba.
3.- Hacer una colección de hojas de los árboles del valle del Alba
4.- Practicar bicicleta de montaña en los caminos rurales.
5.- Realizar fotografías en Soto de Agues.

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