viernes, 30 de octubre de 2009

Pinturas rupestres de Fresnedo (Fresnedo, Teverga)



Posiblemente, la ruta de las pinturas rupestres de Fresnedo puede provocar reticencias por el hecho de estar incluida en una guía de excursiones con niños. Sin duda, el acceso al abrigo de Conchatoria es peligroso y es un lugar por el que no deberían bajar niños ni adultos con vértigo. No obstante, a lo largo del itinerario se visitan sin grandes complicaciones, a excepción del desnivel de la ladera, otros tres abrigos naturales con pinturas y merece la pena que los niños conozcan las huellas que dejaron en las rocas los habitantes prehistóricos de la zona. El camino de vuelta es largo y atraviesa un barranco que quizá tenga algunos tramos embarrados, pero se puede acortar regresando al punto de partida por el camino mas corto. La excursión es entrenenida y difícil por el tipo de terreno, muy aéreo y escarpado, pero se puede completar en emnos de cuatro horas siguiendo las recomendaciones que damos para no entrar en las zonas más expuestas. Como primera precaución se debe evitar hacer la ruta con niebla o lluvia, pues las rocas calizas resbalan mucho cuando están mojadas y cualquiera se puede torcer un tobillo o golpearse al caer. Conviene también que alguien del grupo tenga experiencia en seguir senderos de montaña de pequeño recorrido señalizados con las populares marcas de pintura blanca y amarilla. El entretenimiento de la primera parte de la excursión puede consistir en buscar las señales pintadas en las piedras grises de la ladera de la montaña.

Distancia : 6,2 kilómetros
Agua : No hay
Desnivel positivo de ascenso : 290 metros
Tiempo : 3 horas y media
Principales formaciones : Terreno rocoso
Edad recomendable : A partir de siete años
Carritos de bebé : No
Bicicletas : No
Puntos peligrosos para los niños : Acceso al abrigo de Cochantoria

Como llegamos
Desde Oviedo por la N-634 dirección Grado hasta Trubia, girar a la izquierda por el valle del río Trubia, pasar Proaza y Caranga girar a la derecha por el valle de Teverga. Pasar Entrago y seguir hasta el cruce de Fresnedo.

De dónde salimos


Aparacamiento en la carretera de acceso a Fresnedo

Por dónde vamos

Carretera de Fresnedo

El punto de partida de la excursión es un pequeño aparcamiento en batería en la carretera que sube al pueblo de Fresnedo. Dadas sus dimensiones será conveniente aprovechar bién el espacio cuando haya varios coches. A un lado del aparcamiento, junto a unas masas de madera, está el cartel explicativo de las rutas de las pinturas rupestres, señalizado como PR-AS-158, donde se recogen detalles de cada abrigo. En esta ruta hay que prestar mucha atención a las marcas amarillas y blancas pintadas en las rocas de la montaña y a los postes del sendero que están clavados en lugares estratégicos; el firme del suelo es un completo desorden de rocas calizas y hay zonas donde el trazado es impreciso y la única manera de guiarse es por las señales. El sendero está muy claro en el primer tramo de la subida y sirve para entrar en calor y adaptarse al tipo de relieve por el que discurre la escursión. Los abrigos de Fresnedo están colgados de la empinada ladera rocosa del desfiladero de la Estrechura, una hoz angosta tallada por el río Teverga. El camino de las pinturas parace suspendido en el vacío de la garganta, provocando una falsa sensación de vértigo. A los pocos minutos de caminata el cuerpo se calienta, la mente se relaja y los pensamientos se concentran en seguir las marcas del sendero, disfrutando con los cinco sentidos del maravilloso paisaje de las montañas y los bosques teverganos.

Las pinturas rupestres de Fresnedo




Las pinturas de los abrigos naturales de Fresnedo fueron descubiertas en 1968 y albergan una interesante muestra del arte rupestre, representaciones esquemáticas que datan de finales de la edad del bronce y principios de la edad del hierro. En total se han catalogado más de 50 figuras y numerosas marcas indefinibles. El complicado acceso y las escasas condiciones de habitabilidad que ofrecen los abrigos, lejos de las fuentes de agua y los pastos, hacen pensar que eran puestos de vigilancia o lugares de avistamiento de caza. Los cinco abrigos tienen unas vistas magníficas de los bosques que cubren la cuenca alta del río Teverga.

Abrigo de Cochantoria

El sendero sube comodamente hasta el poste que marca el desvío al abrigo de Cochantoria. Se accede a las pinturas a través de una roca inclinada de unos tres metros expuesta al vacío. El paso está asegurado con una cuerda anclada a la pared pero la sensación de inseguridad puede afectar a los niños, por lo que no conviene bajarlos; también los adultos desacostumbrados a este tipo de experiencias pueden sentir miedo. En cualquier caso se ha de bajar con cuidado y procurando que el descenso sea seguro. El principal peligro, al que ya hemos aludido, es moverse por este tipo de suelos calizos cuando están mojados y resbaladizos.

El Abrigo de Conchatoria es el único que conserva las pinturas en el techo. Los dibujos están protegidos por una malla metálica, como el resto de las pinturas descubiertas en las covachas naturales de Fresnedo. Los especialistas han descubierto en la bóveda de piedra 21 figuras de diferentes tipos. Las representaciones mas abundantes son los grupos de puntos y figuras en V. También se adivina una figura humana de tipo golondrina y varios trazos que pueden ser cabras, diseñadas con líneas toscas pareadas que pueden ser las patas o los cuernos y un trazo grueso para el cuerpo. Los científicos utilizan técnicas especiales para descubrir las pinturas, mientras que los excursionistas nos tenemos que conformar con adivinar las figuras de trazos marcados.



Cruce de sendas

El siguiente tramo del camino se complica. Las marcas blancas y amarillas aparecen cada diez metros y son imprescindibles para subir por la ladera de la montaña. La ruta se mantiene siempre en la misma dirección y por la misma vertiente, y son apenas 500 metros de distancia los que hay que hacer para llegar al siguiente poste del sendero. La mejor actitud es ser paciente, caminar sin prisas y disfrutar del entorno, para cuando surjan dudas y buscar la siguiente señal; seguro que es un níño quien la descubre primero. La ruta salva la zona más escarpada y llega a un cruce de senderos, marcado con un poste del PR-AS-158.El camino de la izquierda lleva a Fresnedo y es el que habremos de tomar para emprender la vuelta. Para llegar al resto de los abrigos hay que girar a la derecha y seguir las indicaciones. Este cruce es muy tentador y puede que alguien diga que se queda a esperar mientras los demás suben a ver las pinturas. El sendero gana altura por la ladera, gira a la izquierda al llegar a una zona de matorrales y pasa al lado de un enorme roble solitario, una referencia muy clara porque es el único árbol del entorno. Alrededor hay espineras y abundantes matorrales, pero el magnífico porte del roble no deja lugar a dudas.

Roca y Agua

El difícil terreno por el que discurre la excursión es una fascinante manifestación del poder erosivo del agua. La lluvia y el agua del deshielo primaveral han disuelto lentamente las superficies blandas de las rocas calizas, formando surcos por donde se desliza el agua que arranca la tierra del suelo y crea grandes escalones y enromes grietas que dificultan el avance de los excursionistas.

Abrigo del Paso

A partir del roble solitario el camino desciende por la falda de la montaña, pasa una portilla construida con un viejo somier en un paso rocoso y llega al paraje del abrigo del Paso. Delante de la cueva hay un cruce con un poste que señaliza las direcciones de los diferentes abrigos. La ruta sigue el sendero de las marcas amarillas y blancas en dirección al abrigo de Techamera.


Abrigos del Paso y del Ganado

El abrigo del Paso muestra pinturas de color rojo que probablemente representen rebaños de cabras en diferentes posiciones. El abrigo del Ganado tiene el acceso por la derecha del cruce del abrigo anterior. Es el más grande y el único con condiciones para ser habitado; es también el que concentra el mayor número de pinturas y contiene las representaciones más importantes del yacimiento de Fresnedo. Aparecen estilizadas figuras antropomorfas, una de ellas en color negro, representaciones humanas con penachos y un ídolo dibujado con una combinación de líneas circulares y concéntricas. También se distinguen círculos que son interpretados como símbolos astrales, lo que paree ser una especie de conjunción entre el sol y la luna. Una de las figuras humanas tiene la nariz prominente, los brazos en cruz y los atributos sexuales exagerados. Hay una estela que puede ser un ídolo y un grupo de 60 puntos que se relaciona con el firmamento astral.

Abrigo de Techamera

El sendero salva un resalte rocoso y desciende al abrigo de Techamellera, el último de la excursión. La vuelta comparte el mismo itinerario hasta el punto 2, donde está la confluencia del camino de Fresnedo. En el crice se puede tomar la opción de bajar al aparcamiento por el mismo camino de la subida o seguir la indicación de PR.AS-158 hacia Fresnedo, un camino algo más largo. El sendero recorre la ladera de la montaña a la misma altura y llega a una pradera con vistas al pueblo. Sin descender hay que seguri de frente y atravesar una zona rocosa que durante el verano suele tener una portilla y un hilo electrificado para impedir que el ganado salga de la pradera. Los hilos ganaderos con voltaje dan una pequeña descarga, así que es mejor no rozarlos, aunque el calambrazo es inofensivo y no pasa de un pequeño sobresalto. Tras dejar atrás la portilla el sendero emprende el descenso a una zona de prados, penetra en un camino emboscado y pasa al lado de una cabaña ganadera. Hasta aquí no hay contratiempo alguno, pero a partir de la cabaña hay que seguir el cauce de un arroyo donde pueden aparecer charcos de agua y barro. Lo peor que puede pasar es que nos manchemos las botas de lodo, pero el camino no se pierde: las marcas blancas y amarillas del sendero siguen apareciendo de vez en cuando y al final, cuando parece que la calleja es un callejón sin salida, el carril sale al barranco y conecta con una pista que baja a Fresnedo.

Abrigo de Techamera

Es un pequeño y está parcialmente cubierto por enredaderas y matorrales. Contiene pinturas que se han catalogado como figuras humanas con brazos en asa. También hay una figura femenina esquematizada y restos de trazos de pintura que se puede incluir en el grupo de las estelas-ídolos.

Carretera de Fresnedo

En Fresnedo se toma la carretera de acceso al pueblo en sentido descendente hasta llegar al aparcamiento.




Qué podemos aprender

Arte rupestre asturiano

La estación rupestre de Fresnedo ha sido un descubrimiento de enorme relevancia por el número de figuras, pero también por su situación geográfica en uno de los lugares estratégicos de transición en la expansión de la pintura rupestre esquemática desde Leavante a la Cordillera Cantábrica, atravesando la gran llanura del centro peninsular. Esta expansión está relacionada con la evolución de los pueblos de la prehistoria, en su búsqueda de nuevas rutas ganaderas, mejores pastos y condiciones climatológicas mas favorables: es el nacimiento de la trashumancia. Las tribus que se desplazaban desde el sur de la cordillera , huyendo del crudo clima de la meseta castellana, llevaban consigo creencias, ritos y complejos cultos solares, procedentes de las culturas mediterráneas que al contacto con las costumbres y tradiciones locales, dieron lugar a una interesante mezcla de cultos y rituales. En las pinturas esquemáticas de Fresnedo se distinguen dos etapas: en el período más primitivo aparecen figuras de cabras y toscas representaciones antropomórficas con los brazos en jarra, mientras que, las de una época posterior, cercana a la edad del hierro, hace unos tres mil años, reflejan mayor preocupación por la estética y resaltan detalles de la anatomía humana, como los atributos sexuales, la fuerza corporal o los dedos de las manos y pies. Los motivos representados en las pinturas de Fresnedo (animales, figuras humanas, astros...), unido a sus escasas posibilidades como viviendas, hacen pensar que los abrigos pudieron usarse como centros de culto religioso o lugares de enterramiento.

Qué mas visitar

Cueva Huerta

Es una de las mayores, con 14,5 kilómetros de longitud por el interior de la tierra. Es un espacio natural de enorme interés geológico y biológico, donde destaca la presencia de importantes colonias de murciélagos. Las galerías se distribuyen en tres niveles, uno de ellos completamente inundado de agua. Una parte de la cueva está acondicionada para el turismo. La visita es guiada por miembros de una empresa de turismo activo. Información 985.76.42.02

Colegiata de San Pedro

En San Martín de Teverga. Es una bella muestra de transición del prerrománico asturiano del siglo IX al románico. Hay que destacar la estructura arquitectónica primitiva, los canecillos y capiteles románicos, así como una talla de un Cristo crucificado de finales del siglo XIII.




Hayedo de Montegrande

Es un retazo de los frondosos hayedos del puerto de la Ventana. Los mejores accesos para adentrarse en este santuario vegetal están cerca del pueblo de Páramo. En los alrededores se encuentra la cascada de los Xiblos, en el paraje de la braña de las Navariegas.

Actividades complementarias y juegos

1.- Observar la erosión del suelo y los diferentes tipos de relieve

2.- Averiguar cuáles son las especies forestales del barranco de Fresnedo

3.- Intentar descubrir pinturas por los alrededores. Dicen que todavía quedan muchos yacimientos escondidos.

4.- Visitar el Parque de la Prehistoria, en San Salvador de Alesga, que reúne la mayor colección del arte rupestre de Europa.

Equipo

Cuaderno de campo para imitar las pinturas e intentar descifrar las figuras. Una cuerda es útil para ayudarse en los tramos difíciles.

Datos prácticos

Dónde dormir

Casa de aldea Aurora. Fresnedo,29. 33111 Fresnedo-Teverga. Tlf. 985.76.46.21
Alojamiento rural de construcción tradicional en piedra y madera. Calefacción, Televisión y cocina. Capacidad para 2-4 plazas.

Hotel Alesga. San Salvador de Alesga, 18. 33111 Teverga. Tlf. 985.76.44.33. Cerca del Parque de la Prehistoria. Entorno natural al lado del río Teverga. Mezcla de decoración rural y moderna. Servicio de spa y sauna.

Apartamentos Sobrevilla. Sobrevilla s/n. 33111 San Martín de Teverga. Tlf. 985.46.43.61. Instalados en las antiguas escuelas. Capacidad para 3-5 plazas. Aparcamiento y zona ajardinada con vistas panorámicas.

Hotel Balcón de Agüera. La Favorita, 7. 33111 San Martín de Teverga, Tlf. 985.76.43.19. Antigua casona del marqués de Agüera restaurada. Habitaciones acogedoras decoradas en piedra y madera.

Dónde comer

Laureano.- Pl. de la Paz, 1. 33111 San Martín de Teverga. Tlf. 985.76.42.19. Cocina asturiana tradicional. Pote tervergano, fabes con almejas y postres caseros.

Aladino.- Doctor García Miranda s/n. 33111 San Martín de Teverga. Tlf. 985.76.42.19. Cocina asturiana. Cabrito, carne roja a la piedra, productos de la huerta y postres caseros. Amplia carta de vinos.

Casa Manolo. Páramo,5 33110, Páramo-Teverga. Tlf. 985.76.43.82. Es el restaurante de un acogedor hotel de montaña. Cocina asturiana. Carnes de la zona, cabrito, platos de caza y postres caseros.

Albergue San Martín. La Nueva s/n. 33111 San Martín de Teverga. Tlf. 985.76.44.59. Cociana asturiana. Ambiente informal recomendable para ir con niños.

martes, 14 de abril de 2009

Senda del Oso (Proaza)



La Senda del Oso, en el valle tevergano del río Trubia, es la segunda ruta de ocio activo más popular de Asturias, después de la universal Ruta del Cares, y la única que puede competir en número de visitantes con la garganta divina de los Picos de Europa. El río Teverga nace en los manantiales del puerto de la Ventana, límite natural con la comarca leonesa de Babia, y desciende entre hayas y peñascos calizos para crear un fabuloso desfiladero donde apenas hay sitio para el río, la carretera y el trazado de la popular Senda del Oso, una de las iniciativas de ocio activo más interesantes de los municipios de la comarca. El río siempre lleva su camino y nada ni nadie se mete con él, salvo un par de pequeños embalses que alteran su fluir natural por el valle de Teverga. La carretera y la senda se reparten el escaso espacio que deja el río entre las paredes del cañón. La ruta aprovecha el antiguo trazado de un tren minero, que tenía unos 40 kilómetros de recorrido original, para comunicar los valles de Teverga y Quirós con la ruta de Trubia. Los viejos raíles de la vía férrea ya no existen, ni las viejas estaciones y apeaderos, y el sonido de la locomotora desparareció del desfiladero hace tiempo. Desmantelado el ferrocarril, se creo una vía verde cimentando el suelo con una buena capa de hormigón y ripio para permitir el tránsito de peatones, jinetes y biciclets, y colocando una barandilla de troncos de madera a lo largo de todo el recorrido.


Distancia : 12 kilómetos
Agua : Diversas fuentes durante la senda
Desnivel positivo de ascenso : 60 metros
Tiempo : 4 horas
Principales formaciones : Vegetación de ribera y desfiladero calcáreo
Edad recomendable : A partir de 5 años
Carritos de bebé : SI
Bicicletas : SI
Puntos peligrosos para los niños : Ninguno


Cómo Llegamos
Desde Oviedo por N-634 dirección Grado hasta Trubia, girar a la izquierda por el valle del río Trubia, pasar Villanueva y un kilómetro después, a 300 metros del albergue El Sabil, aparece a la izquierda el aparcamiento de La Buyera al lado de una piscina pública.

De dónde salimos




Área recreativa La Buyera
La Senda del Oso es una vieja vía de comunicación convertida en punto de encuentro de excursionistas, deportistas y paseantes por la facilidad de sus accesos, la comodidad del trazado y el escaso desnivel. Los elementos más llamativos del itinerario, que constituyen la parte divertida y emocionante de la ruta y el recuerdo, también, del antiguo ferrocarril minero, son los numerosos túneles que tenía que salvar la vía para superar las zonas angostas de la garganta de los valles de los ríos Trubia y Teverga. Algunos túneles que tenía que salvar la vía para superar las zonas angostas de la garganta de los valles de los ríos Trubia y Teverga. Algunos túneles son auténticas galerías subterráneas ym si no fuera por la iluminación automática, cortarían la respiración en más de uno. En las zonas abiertas del valle llama la atención la frondosidad de la vegetación, un denso e infranqueable pasillo de árboles ribereños que solo se interrumpe cuando aparece un pueblo o un prado ganadero. La Sende del Oso completa, entre Tuñón y Entrago, tiene 22 Km, sin contar con la desviación que sale de Peñas Juntas y se adentra en el concejo de Quirós. El tramo que hemos seleccionado para la excursión discurre por el concejo de Proaza y ofrece la oportunidad de ver a Paca y Tola, dos ejemplares de oso cantábrico que viven en semilibertad al lado de la senda. Todos los días a las doce de la mañana y las cinco de la tarde, salvo en el perído de hibernación, bajan al comedero del cercado para dar buena cuenta de la comida que les suministra su cuidador. Mientras las osas devoran el almuerzo o la merienda, el encargado de la manutención de los animales responde a las preguntas de los visitantes, que no paran de hacer fotos a Paca y Tola pelando naranjas, frutos secos o pisoteando el guisado de carne y verdura.
La puntualidad en el horario de la comida es muy importante pra mantener los hábitos y el control de las costumbres de las dos osas, por eso es muy fácil ver a los plantígrados haciendo coincidir el paso de nuestra excursión con la hora de la comida. El firme de la Senda del Oso es excelente y muy recomendable si se desea hacer una ruta en bico. En la Buyera hay una empresa de alquiler de bicicletas, con modelos para todas las edades, cuyo precio está alrededor de 8 € medio día por persona, tiempo suficiente para hacer el tramo propuesto y ampliar la excursión hasta Entrago. En la zona recreativa también hay una cafetería, una piscina pública y una pradera con bancos. La mejor hora para comenzar la excursión y poder ver a Paca y Tola es alrededor de las once y media de la mañana. La cita de la merienda, a las cinco de la tarde, es imprevisible porque solo bajan si tienen hambre. El cercado de las osas está a menos de 1 km de la Buyera y se tarda unos quince minutos en llegar a pie. En días de mucha afluenciade visitantes conviene llegar antes de las doce al comedero para que los niños puedan situarse delante de todo el público adulto y no se pierdan las graciosas maniobras de las dos hermanas osas ni las explicaciones del cuidador. En el postre demuestran una extraordinaria habilidad para pelar la fruta con las garras y comer solo la pulpa. Con las nueces, cacahuetes y otros frutos secos de cáscara ocurre lo mismo. Su destreza para extraer los alimentos es una cualidad de todos los osos. Un oso puede recorrer decenas de kilómetros en una noche en busca de comida llevado por su olfato, y cuando llega a un panal de abejas, castañar o un árbol cargado de frutos tiene la paciencia de pelar una a una las frutas o limpiar una a una las celdas de las abejas. El oso no es como el jabalí, que cuando busca comida destroza sembrados, huertos y todo lo que encuentra a su paso. El oso pasa desapercibido, recoge lo que encuentra en la superficie y causa daños ocasionales en plantaciones rurales cuando se sube a un cerezo en primavera o entra en lalos manzanos de un prado en verano.En otoño el bosque proporciona suficiente comida y es dificil que los osos invadan el territorio de los campesinos.
La excursión sale de La Buyera, entra en la Senda del Oso y gira a la derecha por el trazado de la vía verde. El primer punto de interés es el Cercado Osero, acondicionado para que los visitantes puedan ver a Paca y Tola mientras su cuidador les da comida. La Senda del Oso atraviesa la Foz de Picaros, esculpida por el torrente del río Serandi, y subiendo por unas escaleras de piedra situadas a su izquierda se accede a un vistoso mirador. La subida es corta y merece la pena el esfuerzo para disfrutar de una bonita panorámica del valle de Proaza y del monte donde se encuentra el Cercado Osero.




Proaza

La vía verde fluye por un terreno de prados y llega al puente de Zarameo, en las afueras de Proaza. Antes de llegar al puente se pasa al lado de una empresa de alquiler de bicicletas y un cartel informativo del recorrido de la Senda del Oso. El trazado de la ruta está muy bien acondicionado y no deja lugar a dudas entre las construcciones industriales de la orilla del río Trubia. El edificio más llamativo es la central eléctrica de Proaza, construida por Joaquin Vaguno. La ruta atraviesa la carretera de Villamejín y sigue de frente por la orilla del río.



Desfiladero de Peñas Juntas

La senda recorre los bosques ribereños de Peña Caranga, donde hay enormes ejemplares de castaños, y llega al estrecho de Peñas Juntas. La carretera del valle y el río Trubia ocupan todo el espacio libre y la antigua vía minera atraviesa la garganta por el interior de dos túneles esculpidos en el muro calizo del cañón. La iluminación es automática y no hay que preocuparse de llevar linterna. Además, entre los dos suman 234 metros de longitud., por lo que con la luz natural que entra también se pasarían bien. En la salida de Peñas Juntas aparece la bifurcación de los ramales de Quirós, a la izquierda, y Teverga, a la derecha. Nuestra excursión baja por el camino de la derecha y al final de la rampa atraviesa la carretera del valle. El desfiladero de Peñas Juntas o el cruce del ramal de Quirós son buenos parajes para terminar la ruta, hay bancos para descansar un rato antes de dar la vuelta y el entorno natural es muy atractivo. La intención de seguir un par de kilómetros más es para ver el pueblo de Caranga.

Vado de Caranga
La senda recorre una zona de prados y llega al vado de Caranga, un paso natural del rí Trubia para acceder al pueblo. La corriente del agua impide atravesarlo a pie son mojarse un poco, especialmente en primavera cuando el nivel del agua está en su cota máxima. Depende de la estación del año, de las lluvias y de la habilidad de cada uno para salvar el cauce del río sin quitarse las botas. De todas formas se puede dar por terminado el recorrido de ida sin cruzar el río y dar vuelta por el mismo camino hasta el punto de partida. Las rústicas casas de Caranga se ven desde la otra orilla a través de los árboles, y no es necesario complicarse en el río. Las familias que vayan en bicicleta y quieran seguin hasta Entrago no tendrán ninguna dificultad para hacer los 14 kilometros que quedan hasta el final de la senda. En el camino encontrarán un par de cruces en la carretera y más túneles bien iluminados.

El ramal minero de Teverga
En Carganga de Abajo conectaba la vía minera del ramal de Teverga con la línea principal de Quirós. El ferrocarril tevergano fue construido para completar un ambicioso proyecto de los promotores de la vía que querían explotar a gran escala la cuenca minera quirosana, aprovechando las prósperas explotaciones de hierro y carbón de las dos cuencas, para levantar en 1868 una industria siderúrgica en el valle, con altos hornos en Quirós y una fábrica de laminación en Trubia. Los malos resultados económicos obligaron a la compañía a subastar las instalaciones en 1888. El ferrocarril continuó transportando hierro y carbon mientras se desmantelaban las fábricas de Quirós y Trubia. El transporte de viajeros nunca fue puesto en marcha, a pesar de la obligación legal de prestar este servicio y de las solicitudes de los habitantes de Trubia y Teverga

Área recreativa La Buyera
El camino de vuelta recorre de nuevo La Senda del Oso hasta la zona recreativa La Buyera
Que podemos aprender
Conciencia ecológica
La excursión por la Senda del Oso es un recorrido muy conocido y placentero que evoluciona por un terreno casi llano y ofrece la posibilidad de conocer sin esfuerzo diferentes aspectos y ecosistemas de la naturaleza. Animales en semilibertad, bosques, desfiladeros, geología o desarrollo rural sostenible son algunas de las escenas de la ruta que nos pueden hacer reflexionar sobre la necesidad de conocer y preservar la naturaleza. La vida en la superficie de la tierra se desarrolla en una capa muy pequeña y determinada, llamada biosfera que no sobrepasa los 5.000 metros de altitud ni los 5.000 metros por debajo del mar. Todos los seres vivos que pueblan esta franja, ya sean animales o vegetales, han ido apareciendo progresivamente en el transcurso de millones de años de evolución, constituyendo una biodiversidad compleja y única que se adapta y transforma continuamente. La vida se acomoda y encuentra su lugar en la biosfera con arreglo a los diferentes climas, ambientes geográficos y elementos. Los seres vivos se han adaptado de forma diferente al agua o a la tierra en la montaña, en la estepa o la costa, en los trópicos o cerca de los polos. Cada uno de los ajustes biológicos entre clima y ambiente se llama biotopo. Y cada biotopo y los organismos que lo habitan constituyen un ecosistema. La cienca que estudio el conjunto de todos estos fenómenos de la vida en la naturaleza se llama ecología, que nada tiene que ver con los movimientos que suelen aprovechar su nombre.
La aparición y el desarrollo de las razas humanas ha influido decisivamente en toda esta red de biodiversidad. El hombre es el único ser vivo que altera el ritmo vital de la naturaleza y rompe el equilibrio ecológico del planeta. El éxito de la especie humana en su dominio del medio ha derivado en el consumo excesivo de recursos, en la deforestación, en la contaminación múltiple del medio ambiente y el agotamiento de las materias primasm en la pesca abusiva y la acumulación de desechos, en la extinción de las especies y la globalización de las culturas. Las tribus de la prehistoria luchaban por protegerse de la naturaleza; ahora es el hombre quien debe tomar conciencia y proteger el medio ambiente. No se trata de frenar la evolución natural de la humanidad, sino que ésta progrese de una forma responsable y sostenible. La conciencia ecológica es una actitud, una disposición de respeto y conservación de la biodiversidad en todos los aspectos de la vida, desde no dañar la corteza de un árbol con la navaja ni tirar basura hasta no talar árboles ni matar a los animales por placer. En el medio ambiente hay que ser paciente, escuchar, sentir, observar y descubrir sus secretos. La propia naturaleza nos dirá hasta que punto podemos explotarla en nuestro beneficio.
Equipo
Cámara de fotos digital para reunir una colección de imágenes de los diferentes ecosistemas y tipos de vida salvaje de la Senda del Oso
Actividades complementarias y juegos
1.- Practicar bicicleta de montaña en la Senda del Oso
2.- Recolectar hojas de las especies ribereñas
3.- Observar los diferentes ecosistemas de la Senda del Oso: fluviales, geológicos y forestales.
4.- Preparar una nota con lo que se quiera saber sobre los osos pra preguntarle al cuidador de Paca y Tola.
Qué mas visitar
Casa del oso
La Casa del Oso ocupa las dependencias de la antigua Casa Rectoral de Proaza. Es un museo temático dedicado al oso pardo cantábrico. A través de exposiciones audiovisuales y documentales sobre la vida y costumbres del oso pardo, el visitante podrá descubrir el mundo natural que rodea al simpático plantígrado.
Proaza
Es la capital del concejo y sede de destacadas ferias de ganado. Los edificios notables son el palacio barroco del Campo o de los González Tuñón; y la torre bajomedieval construida en la entrada de la población por orden de Diego Vazquez de Prada, que murió en 1491. La poderosa familia Casa Fuerte de Prada fue dueña de la comarca entre los siglos XIV y XV.

miércoles, 18 de marzo de 2009

Desfiladero de las Xanas (Villanueva,Santo Adriano)


El popular desfiladero de las Xanas es una espectacular garganta de paredes grises esculpida por el salvaje torrente del río Regueiru, afluente del Trubia, en la sierra del Aramo, que llega a alcanzar una altura de 500 metros entre el curso del barranco y las crestas de los picos que forman la estructura geológica del desfiladero. La ruta ofrece una interesante muestra de la ligología calcárea de la zona, expuestas en las paredes del cañón, y los valores botánicos de un ecosistema fluvial único y particular. Las simpáticas pero perversas xanas forman parte de la mitología asturiana y presentan diferentes variantes en la comarcas de la Asturias central y oriental, como demuestra la abundante toponimia utilizada en los parajes donde se asegura su presencia. El desfiladero de las Xanas invita a soñar: es un camino por la naturaleza más pura e intacta de los paisajes asturianos y por su mitología, un ameno sendero excavado en la pared de una montaña, que llega a las entrañas del bosque acompañado por el murmullo del agua. El itinerario es largo, requiere buena forma física y cierto hábito senderista. Una opción recomendable para familias tranquilas es volver al punto de partida desde Pedroveya, eliminando del itinerario la dura subida a Dosango.

Distancia : 8,4 kilómetros
Agua : Pedroveya y Dosango
Desnivel positivo de ascenso : 440 metros
Tiempo : 5 horas
Principales formaciones : Avellanos, majuelos y hayas
Edad recomendable : A partir de 7 años
Carritos de bebé : NO
Bicicletas : NO
Puntos peligrosos para los niños : Los acantilados del desfiladero.
Cómo llegamos
Desde Oviedo por la N-634 dirección Grado hasta Trubia, girar a la izquierda por el valle del río Trubia, pasar Tuñón y 300 metros antes de llegar a Villanueva aparece a la izquierda de la carretera la zona recreativa de Las Xanas.
De donde salimos
Aparcamiento del área recreativa Las Xanas
Por dónde vamos
Area recreativa Las Xanas
El aparcamiento está en el cruce de las carreteras de Tenebredo y la principal del valle del río Trubia, allí mismo hay una fuente y un panel informativo del recorrido por el Monumento Natural del Desfiladero de las Xanas. Para entrar en el sendero hay que subir por la cuneta de la carretera de Tenebredo 400 metros y girar a la derecha por una senda bién señalizada, cuyo acceso está indicado con una piedra esculpida y un poste con marcas amarillas y blancas. Una pequeña garganta de piedra y un túnel anuncian la entrada al espacio natural de Las Xanas. A los pocos minutos los precipicios comienzan a ser de vértigo y el desnivel de la subida considerable. En la primera parte del ascenso predomina la vegetación rupícola y algunos ejemplares de carrascas empotradas en lugares tan absurdos como fantásticos; es asombroso pensar que los arbolillos colgantes están suspendidos en el vacío por capricho de la naturaleza. El cauce del río se escucha de fondo porque la fuerza del torrente es brutal, pero la densidad de la masa forestal impide ver una sola gota de agua blanca. El sendero dibuja las laderas de la montaña y llega a la parte mas escarpada y emocionante del desfiladero.

Los tramos más vertiginosos están protegidos con pasamanos de cuerda para bajar las pulsaciones de los senderistas intranquilos. La senda sale del estrecho y se interna en un espeso bosque, una oscura y tenebrosa arboleda repleta de animalillos y pájaros cantarines, de anfibios y lagartijas, de arañas y escarabajos. Un bosque para quedarse a escuchar con los sentidos alerta, la respiración relajada y los oidos abiertos. Cada bosque tiene una música singular, y en el de las Xanas suena un rumor de cuento y de magia.
El camino recorre el bosque y atraviesa el río de las Xanas por un rústico puente de madera. En las orillas del arroyo crecen saucen, olmos, hayas, castaños y avellanos, convirtiendo la arboleda en una jungla de troncos. Tras avanzar un poco más topamos con unos escalones de palos precedidos por una bifurcación. La excursión sigue por los rústicos escalones, sale a un territorio abierto de prados de siega y sube a la ermita de San Antonio, custodiada por un tejo centenario. En este apacible lugar termina la ruta de las Xanas y surgen varias posibilidades: la primera es volver directamente por el mismo camino; la segunda opción es seguir hasta Pedroveya por la carretera, tomar una sidra con queso o cencina en el bar de la plaza y bajar por el desfiladero de las Xanas; y, por último, la tercera alternativa coincide también en la visita gastronómica a Pedroveya, que además es un pueblo con una interesante arquitectura popular, pero después continúa la excursión por Dosango y Valdolayés.

Pedroveya
Pedroveya es un pintoresco pueblo de montaña con hórreos, casas típicas y un ambiente apacible. En la plaza del pueblo hay un bar que sirve para recuperar las energías gastadas en la subida a las Xanas. La excursión sale de la población por la carretera de La Cotina y a 200 metros gira a la izquierda por una pista de hormigón que sube a Dosango, señalizada con marca del PR-AS-187 Senda de Valdolayés.


Dosango
El camino desciende hasta el cauce del río de la Llaguna y sube a Dosango por la empinada ladera del valle. El repecho es largo y duro. Es la última cuesta de la ruta y, con poco de paciencia y esfuerzo, enseguida se logra llegar a las calles de Dosango. Las casas de la aldea se levantan a ambos lados de la calle principal, con sus hórreos, establos y pajares, y las esquinas muestran señales blancas y amarillas del sendero de pequeño recorrido. En la placita de la entrada hay que girar a la derecha, subir hasta el cruce de la parte alta del pueblo y girar a la izquierda por la pequeña carretera que se dirige a la Collada y Tenebredo. El camino a partir de aquí es más cómodo y apacible. A 500 metros de Dosango aparece un desvio a la izquierda señalaizado con un poste del sendero PR-AS-187; aunque el hito de madera está tirado en el suelo y medio cubierto de vegetación, el carril se distingue perfectamente en una zona de pastos y colinas cubiertas de helechos. La ruta atraviesa un collado y emprende el descenso directo al paraje de Valdolayés. Rápidamente, en pocos minutos, se llega a una curva muy cerrada que corte el terreno en horizontal y salva una parte muy empinada de la ladera. Antes de llegar a la siguiente horquilla aparece por la derecha un sendero que conduce a los restos del castro celta El Colladín. Su ubicación no es fácil de encontrar pero los aficionados a las ruinas prehistóricas pueden acercarse al poste del tendido eléctrico y buscar las piedras entre la vegetación, a unos 300 metros del camino principal.

Carretera de Tenebredo
La pista de Valdolayés traza una serie de curvas en la ladera del monte, pasa cerca de la construcción de una toma de agua y sale a la carretera de Tenebredo. Se ha de girar entonces a la izquierda por la cuneta de la carretera.

Area recreativa Las Xanas
La excursión finaliza con el regreso al área recreativa Las Xanas por la carretera.

Qué podemos aprender

Mitología asturiana
Las tierras asturianas estuvieron habitadas desde tiempos remotos por los astures, descendientes de los pueblos celtas que llegaron al norte de España a través de los Pirineos. Aquellas tribus primitivas rendían culto a la naturaleza y su vida cotidiana giraba en torno a los elementos de la misma. El aislamiento, la climatología y la influencia ejercida por otras culturas de la Cornisa Cantábrica incidieron en el desarrollo de una mitología propia, heredera de las antiguas leyendas celtas. En las largas noches de invierno, al hogar de la lumbre o en la soledad de la montaña, fueron tomando forma los extraños seres que fueron configurando la conciencia religiosa y mitológica de los astures durante siglos, manteniendo viva la tradición hasta nuestros días. Los seres mitológicos más comunes son:


El nuberu
Ser gigante que habita en las nubes y que es responsable de las tormentas y la lluvia. Aparece cubierto con pieles de cabra y un sombrero de ala ancha. Un día llegó de Egipto montado en una nube y se cayó en Asturias; acogido por un campesino, en agradecimiento se encarga de regar los campos.


Los ventolines

Son duendes de apariencia infantil que flotan por la noche en los rayos de la luna. Provocan la brisa y hacen dormir a los niños. En la noche de San Juan bailan y cantan con las xanas a coro.



El Trasgu
Es uno de los personajes más populares de la mitología asturiana. Tiene apariencia de duende travieso y revoltoso, lleva un gorro rojo y tiene rabo y cuernos. Se dedica a revolver las casas y molestar a la gente. Es muy poco inteligente y para librarse de él hay que pedirle que haga algo que le resulte imposible, como llenar de agua una cesta con agujeros o cambiar un carnero de color.


El papón
Es un gigante con boca enorme y ojos de fuego. Se dedica a raptar a los niños y devorar todo lo que se le pone por delante.


El loberu
Aunque recuerda al clásico mito del hombre lobo, en la mitología asturiana se trata de un hombre maldito que se cría entre lobos y cuida de los rebaños para que no sean atacados por animales salvajes. A los siete años la maldición desaparece.



Las llavanderas
Son muejeres ancianas qie pasan el tiempo lavando ropa en los ríos y hacen que se ahogue la gente que las mira. Por otro lado, desvían el curso de los ríos cuando hay un incendio para ayudar a los campesinos



El diañu burlón
Tiene aspecto de carnero y representa al diablo en las reuniones de brujas. Se trata de un ser muy bromista y compañero de las personas que llevan mala vida.



El pesadiellu
Aparece por la noche y convierte los sueños en pesadillas. La única solución para deshacerse de él es rezar


El cuélebre
Es una serpiente enorme, con alas y escamas. Es inmortal y custodia los tesoros de las xanas. En ocasiones ataca y devora al ganado.


El sumiciu
Es otro de los duendes caseros, asociado con los despistes del hogar: se aprovecha de que es invisible para hacer desaparecer las cosas que se acaban de usar.



El busgosu
Guardián de los bosques, detesta a los cazadores y leñadores, a los que persigue hasta que se despeñan por los barrancos. En el fondo es un ser de buén corazón que ayuda a regresar a quienes se extravían en el bosque.

Qué mas visitar

Tuñón
Es un pueblo tranquilo situado a la entrada del valle de Trubia, con un monumento religioso de notable interés. La iglesia de Santo Adriano de Tuñón fue consagrada en el año 891 por los monarcas Alfonso el Magno y Jimena. Consta de tres naves de sólidos muros con sus respectivos tres ábsides. Conserva algunos restos de pinturas y murales mozárabes pioneros en España.




Las ninfas del bosque

Las xanas son pequeñas ninfas inmortales que, víctimas de un encantamiento, habitan en los bosques asturianos. Son seres vinculados a las aguas y las fuentes, tienen el aspecto de una hermosa mujer y habitan las cuevas cercanas a los manantiales más puros y recónditos de las montañas. Es posible que su nombre proceda del latín dianae, como se llamaban las ninfas compañeras de Diana, la diosa cazadora. Las xanas trabajan sin cesar como hilanderas, tejiendo madejas de hilo de oro, y custodian fabulosos tesoros que muy pocos seres humanos han podido conocer. Se aparecen en la noche de San Juan cantando, bailando y enamorando a los jóvenes mortales que caen rendidos ante ellas, para hacerlos desaparecer en las profundidades del bosque, apresados en las fuentes de oro de las irresistibles xanas. Las ninfas asturianas asoman al amanecer entre los troncos de los grandes árboles mientras alisan sus cabellos con peines de oro; en algunos lugares protegen a los enamorados y castigan a los amantes infieles, en otros intentan seducir a un joven solitario para salir de su cautiverio encantado.



El hórreo asturiano
El hórreo es el principal y mas original elemento constructivo de numerosas aldeas de montaña, cuya función es mantener a salvo de los roedores las cosechas de tubérculos, cereales y hortalizas. La mayoría de ellos son edificios de planta cuadrada suspendidos sobre cuatro pilares de madera o piedra, llamados pegollos, de metro y medio de altura, y que se rematan con grandes piedras circulares o muelas para cortar del paso de los ratones y sobre las que descansa la base del hórreo. La estructura se construye con tablas de maderas de castaño muy bién acopladas y ensambladas utilizando, sin embargo, muy pocos clavos. La cubierta es de teja clásica curva a cuatro aguas. En algunas comarcas asturianas es como el hórreo leonés, con tejados a dos aguas.

La batalla de Valdolayés

En la versión Sebastianense de las crónicas escritas por Alfoso III en el siglo IX aparece un relato que describe una trascendental batalla que tuvo lugar en el paraje de Valdolayés. "Cuando el moro Munuza supo del exterminio del ejército árabe en Covadonga, abandonó la ciudad de Gijón y se dio a la fuga. Los astures que le seguían dieron con sus tropas en un lugar llamado Olaliense, acabando con él y con su ejército por la espalda, de manera que no quedase uno de los musulmanes dentro de los puertos del Pirineo".
El lugar de Olalies está relacionado con Santa Eulalia y se identifica con el pueblo de Valdolayés, en el concejo de Quirós.

Equipo
Para observar o convivir con los seres de la mitología asturiana sólo hay que tener imaginación y sensibilidad, pues es bastante fácil confundir el ruido de la hojarasca con las pisadas de un duende o el coletazo de una ráfaga de niebla con el paso de una xana.

Actividades complementarias y juegos

1.- Diferenciar las especies forestales del desfiladero.
2.- Observar la distribución de los pastos en la vega de Pedroveya.
3.- Buscas anfibios en las orillas del barranco.
4.- Admirar las casas tradicionales de Pedroveya y Dosango.
5.- Buscar ninfas del bosque en la espesura del desfiladero.

Datos prácticos
Dónde dormir

Casa rural La escanda. El Puente s/n. 33114 Proaza. Tlf. 985.78.40.49. Apartamentos rurales independientes en las poblaciones de Proaza y Villanueva. Decoración tradicional muy cuidada y sugerente. Trato impecable. Equipamiento completo.

Hotel Torrepalacio Pl. de la Abadía s/n. 33114 Proaza. Tlf. 985.76.11.69. Compuesto de dos viviendas rurales restauradas respetando la arquitectura tradicional. Decoración moderna.

Hotel Rural La Sinriella Villamejin s/n. 33114 Proaza. Tlf. 985.76.12.24. Atigua casa de pueblo con tres siglos de antigüedad restaurada en piedra y madera. Galería con vistas del valle de Trubia. Habitaciones con baño, televisión y calefacción. Cafetería y biblioteca.

Dónde comer

El Sabil Ctra. AS-228, km 12. 33115 Villanueva. Tlf. 985.76.14.72. Un buén lugar para comer en familia, con raciones abundantes para repartir entre los niños. Quesos artesanales, pan de escanda, pote asturiano, fabada, cordero, cabrito guisado y platos de caza.

Sidrería Benjamín Ctra. de Caranga, s/n. 33114 Proaza. Tlf. 985.76.10.06. Buena elección para probar platos típicos. Fabes con almejas, jamón asado y arroz con leche.

sábado, 14 de marzo de 2009

Cabo Peñas (Viodo, Gozón)


El primer tramo está acondicionado con pasarelas de madera, paneles informativos y barandillas de protección; el resto del itinerario atraviesa terreno abierto y hay que vigilar a los niños para que no se asomen al borde de los acantilados. La vereda costera sigue las dentelladas de la costa a suficiente distancia del vacío para que se pueda caminar sin peligro, disfrutando de un paisaje muy especial.

Distancia : 3,8 Km.
Agua : No hay
Desnivel positivo de ascenso : 20 metros
Tiempo : 1 hora y media
Principales formaciones : Rasa litoral
Edad recomendable : A partir de 5 años
Carritos de bebé : SI. En un lugar hay que levantar el carro
Bicicletas : SI
Puntos peligrosos para los niños : El borde los acantilados
Cómo llegamos
Por la autovía del Cantábrico A-8. En la circunvalación de Avilés tomar la salida de Luanco y seguir la AS-238. En la entrada de Luanco girar a la izquierda por la carretera de Bañugues y seguir las indicaciones del espacio protegido del Cabo Peñas. El acceso es un poco confuso por las pequeñas carreteras locales de Viodo. Aunque no tome el camino más directo, hay señales en los cruces importantes que indican el aparcamiento de faro de Peñas.
De donde salimos
Aparcamiento del Cabo Peñas, junto al Museo del Medio Marino.
Por donde Vamos
Faro Peñas

Estacionamos en el aparcamiento del faro, delante de la entrada del Museo del Medio Marino. En horario de visitas se puede entrar a la exposición y después, por detrás del edificio, conectar con la ruta sin salir de las instalaciones del Centro de Interpretación. El trayecto parte del aparcamiento por la derecha del recinto del faro y sigue una pista asfaltada que termina en el bar Cuatro Camino. Por la derecha del edificio sale una senda que baja por unas rocas y se dirige a la cruz de Punta Gaviera, el relieve costero mas septemtrional del cabo Peñas. La roca tiene una altitud de 94 metros sobre el nivel del mar y un buzón en la cumbre donde dejar mensajes anónimos. En este punto termina, o comienza según se mire, el sendero de pequeño recorrido PR-AS-25, una ruta senderista de 16 Km entre el faro de San Juan de Nieva y el Faro de Peñas.. Recorre las parroquias de Laviana, Podes, Verdicio y Viodo, y visita los sistemas de dunas de las playas de Xagó y Verdicio, zonas de acantilados y varios yacimientos arqueológicos. Nuestra excursión deja a la derecha el bar y sigue por una tarima de madera acondicionada para misnusválidos y todo tipo de carritos. Este tramo, corto pero muy interesante, es el conocido como Itinerario Didáctico Ambiental. Al lado de la pasarela se situán cinco paneles temáticos dedicados a la arqueología, geología, cetáceos y flora y fauna del entorno de cabo. La mayor parte de los visitantes se conforman con llegar al final de la tarima, hacerse fotos en la barandilla con las crestas de Punta Gaviera o la silueta de la isla de la Erbosa al fondo y regresar al aparcamiento. El camino se aparta de la seguridad de las maderas y avanza paralelo a la verja del recinto del faro, con el Cantábrico a la derecha. A lo largo de este tramo los acantilados están muy cerca y no conviene perder el tiempo contemplando el paisaje o haciendo fotos. Al final de la valla del faro el camino atraviesa la vaguada de un pequeño arroyo y asciende un corto repecho para entrar en la plataforma costera. A la izquierda del camino aparecen de vez en cuando senderos y carriles, pero la ruta toma el camino más obvio, dibujando la forma del litoral. Cerca de la costa aparece la isla de la Erbosa, un islote deshabitado de alto valor ecológico que alberga una importante colonia de gabiotas patiamarillas. El suelo está completamente alfombrado de plantas costeras. Las tonalidades rojas, violetas y naranjas de las pequeñas flores de los tojos y los brezos se esfuerzan por dominar la superficie de un terreno muy difícil de colonizar. En la rasa del Cabo Peñas aparecen especies que han conseguido evolucionar para adaptarse al habitat costero, especialmente condicionado por el clima y el salitre del suelo. Las charcas aisladas son otro elemento peculiar de los ecosistemas de la plataforma y refugio de la exclusiva filigrana menor, una planta en peligro de extinción incluida dentro del Catálogo Regional de Especies Amenazadas de la Flora del Principado de Asturias.

Instalaciones de telefónica
El sendero recorre el borde de los acantilados sorteando charcos y matorrales de tojo. La Proyección del paisaje es infinita y el rumor del oleaje de fondo, rompiendo olas y espuma contra la base de los acantilados transmite serenidad y cierta melancolia. La vereda se aproxima a las instalaciones de una central de Telefónica que se encuentra aislada en el borde del precipicio. Tras rebasar el edificio, el sendero atraviesa unos prados y entra en la zona de los acantilados de Ferrero. En la puerta del recinto se toma la carretera de acceso hacia la izquierda, comenzando el camino de regreso al aparcamiento del faro. Otra opción es volver al punto de partida por el mismo camino. La pista asfaltada se dirige a la carretera por un terreno llano. Antes de llegar conecta con el sendero PR-AS-25, que aparece por una pista de tierra procedente de Ferrero, un antiguo camino real que recorría los pueblos y parajes del Cabo Peñas. El camino llega hasta la cuneta de la carretera y, sin cruzarla, se ha de avanzar por el caril de la izquierda, evitando caminar por el asfalto.

Faro Peñas
El camino vuelve a salir a la carretera a la altura de las casa de la Gaviera. En la cuneta opuesta hay un hito del PR-AS-25 que marca la ruta en dirección a los edificios. El indicador no debe estar bien situado porque la pista que atraviesa el caserio no tiene salida. Antes de salir a la carretera hay que girar a la izquierda por un carril que se dirige a la valla del recinto del faro. El camino principal avanza directamente hacia el borde de los acantilados pero antes de llegar, cuando nos acerquemos a la reja o campo a través hay que girar a la derecha, pasar entre unos edificios y la valla y salir a una tarima de madera instalada en la cuneta de la carretera que lleva al aparcamiento. En este tramo también hay marcas amarillas y blancas del sendero de pequeño recorrido.
Qué podemos aprender
El mar es un espacio diverso y fascinante que se puede abordar de muchas maneras y cuya importancia es capital. En el mar se desarrollan múltiples tipos de vida animal y vegetal, pero, además, las grandes masas de agua regulan el clima y permiten la existencia de todos los seres vivos. Sin los océanos no sería posible la vida. El agua apareció cuando los gases generados por los volcanes que cubrían el planeta hace millones de años comenzaron a enfriarse y producir vapor, que calló sobre la tierra en forma de diluvio. El agua marina es salada por efecto de las sales de las rocas que llegan al fondo de los océanos arrastradas por los ríos, allí se desintegran y liberan las particulas minerales que se disuelven en el agua. El mar contiene una media de 35 gramos de sal por litro de agua. Las formas del litoral son variables y estan condicionadas por diversos factores, relacionados con el origen geológico, las mareas y el clima. Todos los litorales poseen condiciones más o menos adecuadas para la vida de animales y plantas, siendo las costas rocosas las que presentan los más ricos ecosistemas marinos y mayor biodiversidad. En los acantilados costeros se producen grandes oscilaciones del nievel del mar, que pueden llegar a alcanzar diferencias de 12 metros; paredes de piedra casi verticales y plataformas de rompientes aparecen y desaparecen cada seis horas. Los seres vivos capaces de mantenerse sobre la roca desnuda de este tipo de litoral tiene que pasar muchas horas en seco, expuestos al calor, la radiación solar, la lluvia y las heladas.
La costa del Cabo Peñas es una franja de acantilados con una altura media de 100 metros sobre el nivel del mar. Mareas, olas, corrientes y viento son los agentes dinámicos que erosionan y modelan los acantilados. El oleaje en la fachada cantábrica depende estrechamente de las borrascas atlánticas y es el principal escultor de la muralla litoral. La fauna más cercana y entretenida de observar es el conjunto de aves marinas , zambulléndose en el agua, buceando en busca de peces, flotando en el aire al acecho de una presa o descansando en los resaltes rocosos. La gaviota patiamarilla señora del territorio, tiene una importante colonia asentada entre la isla de la Erbosa y el islote del Sabín. El cormorán moñudo es un excelente buceador que suele pasar mucho tiempo en las rocas secando el plumaje. En época de migración se pueden ver pardelas, págalos y charranes, llamados también golondrinas de mar porque su vuelo recuerda al de aquella ave.
A mediados de octubre aparecen alcalas y frailecillos, que se confunden con pingüinos porque se quedan flotando en el agua, y el popular alcatraz atlántico, que puede zambullirse a más de diez metros de profundidad para pescar. El mejor lugar para observar aves y relieves costeros es la franja situada entre Punta Gaviera y el islote del Sabín. Si se elige un punto de observación en el borde de los acantilados conviene tener mucha precaución.

Qué mas visitar
Luanco
Es un acogedor pueblo pesquero muy animado y concurrido. La zona mas interesante es el casco histórico. La calle de la Riba es una pintoresca muestra de viviendas de estilo popular marinero del siglo XVIII y principios del XIX. Respartidas en varias calles del centro se pueden ver numerosas casas nobles, entre las que destacan la de la familia Mori, la de Alvaré, la de la Puente, la del Ferrador, asi como el hospital de San Juan, casa-torre de la Canal, el palacio de los Menéndez de la Pola y la plaza del Reloj, con vistosas galerías acristaladas. En el centro de la plaza se levanta la Torre del Reloj, del siglo XVIII, antigua cárcel, almacén y torre-vigía en tiempos de los piratas. Entre los edificios pertenecientes a la arquitectura religiosa convien señalar varias capillas del siglo XVIII y la iglesia de Santa María, declarada Monumento en 1992, con una impresionante torre-campanario y un llamativo cabildo rodeando el edificio, enel interior hay valiosos retablos barrocos.

Museo del Medio Marino
Ocupa el edificio del Faro de Peñas y es el centro de recepción de visitantes del Paisaje Protegido del Cabo Peñas. La exposición ocupa varias salas cuyo objetivo es mostrar los aspectos vitales del entorno marino en las inmediaciones del faro. Una sala está dedicada a la configuración de las costas y el mundo de los faros, que hace un repaso desde el mítico faro de Alejandría hasta la Torre de Hércules, así como el propio faro de Peñas. Otra sala recopila historias de naufragios y tormentas, destacando la labor de los fareros. También hay una sala sobre el medio marino de Peñas y su valiosa biodiversidad, fruto de la riqueza de las aguas y del sustrato rocoso. Los acantilados, islas, riscos e islotes costares también tienen su espacio, centrado en la adpatación del hombre marinero y pescador a la geografía costera. Horario: lunes a domingo de 10.30 a 14.00 y de 16.30 a 20.00. Precio 1 €.
Datos prácticos
Donde dormir
Casa de aldea El embarcadero : Casa de alquiler completo, construida en piedra y madera hace mas de un siglo y totalmente restaurada junto al mar. San Juan de Nieva s/n. Tlfs. : 650.66.98.20/649.69.60.70 (www.elembarcadero.es)
Hotel Brisamar : La Ribera s/n 33448 Bañugues. Tlf. 985.88.12.66. Ambiente tranquilo y entorno natural. Habitaciones bién equipadas con terra y vistas a la costa.
Hotel Playa de Luanco : Alejandro Artime, 10. 33440 Luanco. Tlf. 985.88.35.55. Construido en un edificio histórico del barrio pesquero. Ambiente familiar. Cafetería con vistas a la playa.
Hotel La Plaza : Plza. la Baragaña, 9. 33440 Luanco. Tlf. 985.88.08.79. En el casco histórico de la población. Son dos edificios con detalles decorativos y arquitectónicos cuidados y selectos. Restaurante de cocina tradicional.
Dónde comer
Maravilla: Ferrero s/n 33448. Gozón. Tlf. 985.87.80.46. Fabes con bubre, arroz con bonito y almejas, bonito en rollo y postres caseros. Comedor con vistas a la costa.
Casa Roces: Bañugues alto, s/n 33448 gozón. Tlf. 985.88.05.06. Cocina tradicional. Parriladas de marisco y pescado. Caldereta de cordero y postres caseros.
Siete Villas: Bocines s/n. 33447 Antromero. Tlf. 985.87.14.16. Sidrería típica rodeada de prados y ambiente rural. Cocina tradicional. Carnes, mariscos y pescados.
Ciaboga: Ortega y Gasset, s/n 33440 Luanco. Tlf. 985.88.18.08. Arroz con almejas y salmonetes, tiñosu con patatas y arroz con leche.
Guernica: La Riba, 20. 33440 Luanco. Tlf. 985.88.04.10. Arroz con bugre y mariscos a la plancha. Buén lugar para tomar tapas y raciones.

Valores naturales y culturales del Cabo Peñas

1.- Rasa litoral de interés comunitario con especies protegidas, tanto vegetales como animales.
2.- Atractivo paisajístico de sus playas , dunas y acantilados.
3.- Lugar privilegiado para la observación del paso de aves marinas
4.- Zona de avistamiento de cetáceos.
5.- Puntos de interés geológico: rasa del cabo Peñas y playa de Bañugues.
6.- Área arqueologicamente representativa: yacimientos del Paleolítico Inferior, cultura de los castros y restos romanos.


Un paisaje inhabitable
En la plataforma costera que rodea las inmediaciones del faro confluyen una serie de circunstancias relacionadas con la altitud, la pobreza del suelo y los vientos intensos que azotan la llanura gran parte del tiempo; unas condiciones ambientales que no han favorecido el asentamiento estable de los caserios ni la explotación del terreno con fines agrícolas o ganaderos. El alto contenido en sales minerales del suelo limita la proliferación de especies vegetales. Varios tipos de brezo costero, el tojo marino y la selecta filigrana menor, considerada especie protegida, son las únicas plantas que se han adaptado a la composición del sustrato y se han atrevido a colonizar la llanura de la rasa litoral. El resultado es un paisaje vacío y enorme, de una belleza humilde y cautivadora.
Equipo
Primáticos, guía de aves para identificar las especies y cuaderno de campo para dibujar los relieves costeros y los pájaros.
Actividades complementarias y juegos
1.- Observar el suelo de salitre y la rasa costera.
2.- Observar las plantas que crecen en la plataforma litoral.
3.- Volar cometas.
4.- Visitar la playa de Xagó.
5.- Recorrer alguno de los senderos señalizados del concejo de Gozón.

viernes, 6 de marzo de 2009

Costa de los Dinosaurios


Hace unos 150 millones de años la superficie terrestre era completamente distinta a la que conocemos ahora.
El supercontinente Pangea estaba disgregándose poco a poco para dar origen, al cabo de miles de años, al aspecto que en la actualidad ofrecen los océanos y los continentes. En aquellos remotos tiempos no existía la hierba ni tampoco las pantas con flores. Aún no habia casquetes polares ni masas de hielo en los extremos del globo; tampoco las diferentes regiones del planeta experimentaba los bruscos cambios de temperatura que ofrecen hoy. Esto sucedió en el período jurásico, la gran etapa de los dinosaurios, cuando todas las tierras emergídas estaban dominadas por los reptiles mas grandes que habían pisado nuestro mundo. La Costa de los Dinosaurios es el tramo de litoral situado entre Gijón y Ribadesella, un escarpado retazo de la costa asturiana donde han aparecido hasta el momento 446 icnitas o huellas y diversos restos óseos de los reptiles jurásicos. En la época de los dinosaurios no existía la Cordillera Cantábrica, ni la sierra del Sueve, ni muchas montañas que vemos ahora. En el Jurásico las rocas inclinadas donde están algunas huellas eran mesetas llanas o bién el fonde de un lago. Par aver la icnitas hay que imaginar un mundo tal y como era hace 150 millones de años, por eso es recomendable visitar el Museo Jurásico de Asturias antes de hacer la excursión y aprender las claves básicas para descubrir e interpretar las icnitas de los acantalilados marinos.
Distancia : 3,7 Kilómetros
Agua : No hay
Desnivel positivo de ascenso : 210 metros
Tiempo : 2 horas
Principales formaciones : Eucaliptos y acantilados costeros
Edad recomendable : A partir de 7 años
Carritos de bebé : NO
Bicicletas : No
Puntos peligrosos para los niños : El entorno del yacimiento en marea alta

Cómo llegamos
Desde Oviedo por al A-8, Autovia del Cantábrico, hasta Villaviciosa. Sin entrar en la población tomar la AS-256 dirección Tazones. El camino más bonito para llegar a Tazones es por la carretera de El Puntal, recorriendo la ría de Villaviciosa.
De dónde salimos
Calle San Miguel, en Tazones

Tazones
En los folletos informativos y las guías dedicadas a la Costa de los Dinosaurios hablan de varios yacimientos de icnitas y rastros de dinosaurio repartidos entre la playa de Merón y Ribadesella, en localidades como Lastres y Oles o en los acantilados de Tereñes. Todas las rutas son muy interesantes y sugerentes, recorren bellos parajes y acercan al visitante a rincones de la costa donde rastrear la estela de los saurios. Nosotros hemos elegido el entorno de Tazones para, además de ver las huellas de los dinosaurios, tener la oportunidad de acercarnos a uno de los pueblos con mas encanto de la costa asturiana. Los habitantes de Tazones hace mucho tiempo que dejaron de cazar ballenas, pero el pueblo conserva el atractivo de las villas pesqueras tradicionales. Las calles trepan desordenadamente por la falda de los montes de eucaliptos entre los que se encuentra el conjunto urbano y las casas marineras, blancas y luminosas, lucen pintorescos balcones de madera, pintandos de verde, azul o rojo. La pequeña bahia tiene una playita que desaparece cuando sube la marea,y en un extremo de la ensenada, está el puerto pesquero, con la vieja lonja y las instalaciones de la cetárea (vivero), cerca del barrio más típico. Allí se encuentra la popular casa de las Conchas, en la que se conmemora el desembarco del rey Carlos I. La cita está escrita en una de las cientos de vieiras, conchas y cascarones de marisco que cubren la fachada del edificio. El 19 de septiembre de 1517, cuando la flota de 40 barcos que transportaba al joven Carlos y a su corte borgoña a España echó anclas en el puerto de Tazones, la población local escapó a las montañas del interior armada con palos y cuchillos por miedo a una invasión, hasta que se enteró que quién había desembarcado no era un enemigo sino su rey y dejaron al séquito real empreder el duro camino a través de las montañas del norte de España hacia Valladolid.

Al atardecer tiene lugar el momento mas hermoso de Tazones, cuando las barquitas de los pescadores vuelven a puerto cargadas de centollos, lubinas, chopas, salmonetes, pixín... Las capturas de día van directamente a las cocinas de los chigres y restaurantes del lugar. La merecida buena fama del pescado y el marisco de Tazones se puede comprobar en cualquier terraza o comedor del pueblo. El aparcamiento de los visitantes está a la entrada, cerca de la iglesia y de la plazita donde se ubican los carteles informativos de las rutas senderistas locales. En este punto nacen dos itinerarios que comparten algunos tramos. El mas antiguo es el sendero de pequeño recido PR-AS-50, que lleva a la playa de Merón por la ruta de los molinos, una opción interesante para los aficionados a la etnografía y a la arquitectura popular. El otro sendero, mas moderno y conocido también como Ruta del Azabache, está marcado como PR-AS-119. También allí está el panel relativo a las icnitas de Tazones, con la localización de las huellas y una breve descripción del Jurásico de Asturias. El punto de partidade la excursión está señalado con las coordenadas GPS en la parte baja de la calle San Miguel, donde se encuentran la mayoria de las terrazas de los restaurantes, antes de llegar al muro de la playa. A la altura del restaurante El Puerto hay un paso de peatones que tomamos a la izquierda según miramos al mar, en dirección al estanco, y entramos en una calle que conduce a la casa de las Conchas. Uno de los yacimientos se encuentra en la playa de Tazones, en unas rocas situadas a la derecha, y se puede visitar antes o después de hacer la excursión.

En la esquina de la casa de las Conchas aparece un cartel informativo acerca de la Ruta del Azabache y también las marcas amarillas y blancas que indicaban bien el recorrido para salir de la población. Las calles son muy empinadas, pero la auténtica cuesta comienza al salir de Tazones y adentrarse por una vereda de escalones de piedra que sube por la falda del monte, dibujando multitud de curvas y recobecos. Las vistas de Tazones a través de la arboleda ayudan a aliviar las fatigas y amenizar las paradas del descanso. En este tramo se suben 100 metros de desnivel en apenas 500 metros de distancia. El repecho es duro pero termina pronto.

Villar
La subida termina en el faro de Tazones. La ruta de la excursión gira entonces a la izquierda por la carretera que se dirige al interior. Antes de seguir merce la pena tomar a la derecha la pista de tierra y salir al mirador del faro para contemplar la amplitud del Cantábrico. Cinco minutos después de haber pasado el faro se llega a la aldea de Villar, una concentración de caserios dedicada a la ganadería. En el cruce de la población se gira a la derecha por un camino rural señalizado con los postes de la Ruta del Azabache, que discurre entre los muros de piedra de prados de siega, plantaciones de maíz y la entrada a alguna que otra finca particular. Durante el primer tramos el recorrido cambia de dirección y se dirige a la costa pero enseguida emprende el descenso, gira a la izquierda y entra en una zona forestal.
Cruce del Jurásico de Asturias
El carril se corta por un derrumbe del terreno que ha destruido la ladera del monte, quiza por el efecto de una tromba de agua. El destrozo se sortea tomando una senda que esquiva los troncos caidos y los grandes bloques de rocas y arena. En un par de minutos aparece de nuevo el carril. La excursión avanza sin mas complicaciones a través del mismo ambiente verde y sereno hasta llegar a un claro del bosque, donde aparece un cruce en el que un nuevo cartel indica la dirección de la costa, hacia la derecha. En el cartel se anuncian 200 metros hasta las huellas, pero hay mas distancia. El sendero atraviesa una portilla de madera en el límite delbosque y sale al terreno de la franja litoral, una ladera de calizas, dolomías y margas completamente tapizada de helechos y matorrales costeros.

Yacimiento de Tazones
La pequeña senda dibuja dos curvas y entra en el territorio rocoso del litoral de Tazones. A partir de aquí encontramos en varios lugares huellas, rastros de dinosaurios y restol fósiles del período jurásico. El primer vestigio con el que nos topamos, nada mas poner los pies en la costa, sobre una losa inclinada por la que se accede a la playa rocosa, es una huella con tres dedos de un dinosaurio bípedo. En algunas piedras hay carteles de la ruta, por lo que es difícil perderse. Hay que seguir la línea de costa unos 200 metros en dirección al pueblo de Tazones hasta que aparezca la plancha que tiene más icnitas de la zona, señalizada con un cartel amarillo. En marea baja o media no hay ningún peligro de bajar al yacimiento, incluso es divertido y emocionante caminar entre los grandes bloques de la playa a pocos metros de las olas. En marea alta también se puede acceder a la zona siempre que no exista oleaje fuerte. En el caso de que el mar esté embravecido y las olas alcancen a romper contra la base de los acantilados no conviene arriesgarse, puesto que un golpe de mar puede llevarse a una persona. No hay que fiarse de un cielo azul o un día sin viento y pensar que el mar está en calma; el aire simplemente produce olas mas o menos grandes que salpican la costa, al margen de las corrientes y las mareas. Sin embargo, un día gris o nublado, incluso lluvioso, puede ser ideal para recorrer sin peligro los acantilados costeros.
Tazones
La vuelta a Tazones se puede hacer por el mismo camino hasta la aldea de Villar pero, en lugar de pasar por el faro, se puede seguir de frente en el cruce del punto 1, pasar entre los caserios y bajar por una vereda que corre paralela a un muro de una finca y entra en el bosque de eucapliptos, conectando con la vereda de los escalones de piedra del camino del faro. Otra opción, mas aventurera y rápida, recomendable solo con marea baja, es salir del yacimiento por la costa en dirección a Tazones. A los 100 metros de las huellas se pasa una punta rocosa y, rodeando el macizo del faro, se llega al puerto de Tazones.

Qué podemos aprender
Hacer un hermoso mosaico casero
Cualquier momento es estupendo para recoger unas cuantas piedras de colores y empezar a conocer la composición de las rocas y los minerales. Al principio es difícil que los niños carguen con las piedras sin ningún motivo aparente, aunque cada una de ellas ilustra un aspecto de la historia de nuestro planeta. Hacer un mosaico en casa es una buena manera de que los niños se fijen en las rocas y comienzen a interesarse por el mundo de la geología. Un mosaico requiere piedrecitas pequeñas y guijarros con formas geométricas y así habrán de ser las piedras que recojamos. La primera lección que se aprenda será sobre la dureza de las rocas, y se puede hacer al tiempo que se recogen las piedras y se rompen con un martillo de geólogo para que tengan el tamaño adecuado. La dureza de los minerales se mide en una escala del 1 al 10. El uno agrupa los que son grasos al tacto y desmenuzables, como la tiza y el grafigo (la mina de lápiz). El grado dos, como es el caso del yeso, puede rayarse con el dedo. El tres se raya con una moneda, como sucede con la calcita y la mica. El cuatro se raya facilmente con el cristal. El cinco es más resistente a la acción del cristal. El seis sólo se puede rayar con el cuarzo o con una lima de acero. El siete, tal y como sucede con el cuarzo y la calcedonia, no se puede rayar. El ocho y el nueve solo pueden rayarse con un diamante. Y el 10 es el diamante, solo afectado por si mismo. En la costa de Tazones se encuentran rocas de dureza entre uno y seis. Tras haber reunido muchos pedazitos de rocas de colores y formas diferentes, de las que abundan en la franja costera, cerca del yacimiento de las icnitas, ya se puede hacer el mosaico. Primero se dibuja en un cartón grande y resistente el motivo elegido: un paisaje, un animal o un retrato. Se empieza perfilando con trazo grueso el contorno exterior de la imagen y los detalles con una fila de guijarros más finos, usando la combinación de colores y formas al gusto de cada uno. Antes de convertirse en un artista del mosaico conviene empezar por lo sencillo, usando las piedras redondas para los ojos, las triangulares para las orejas, los guijarros oscuros en trazos gruesos y los de colores vivos en las líneas finas. El interior se rellena buscando un efecto sorprendente con el resto de las piedrecitas recogidas en la primitiva Costa de los Dinosaurios.
Qué más visitar
Reserva Natural de la ría de Villaviciosa

La ría de Villaviciosa es un estuario natural único que conserva las condiciones ambientales necesarias para albergar una vegetación exclusiva y acoger multitud de aves acuáticas invernantesy migratorias. Chorlito, dorado, avefría, agachadiza común, chortilejo grande, correlimos, garza común, garza real, ánade real, pato cuchara y otras especies son frecuentes en los humedales del Cantábrico. Dependiendo de las estaciones, estas aves merodean por los ecosistemas de la ría, formados por playas, dunas, estuarios, acantilados y rasa costera. El centro de recepción de visitantes se encuentra en la carretera que recorre la orilla de la ría entre Villaviciosa y el Puntal.

Museo del Jurásico de Asturias
Está ubicado en la parte más alta de una colina llamada Rasa de San Telmo, en el concejo de Colunga, cerca de la playa de La Griega, donde se conserva una enorme huella de dinosaurio de 1,30 metros perteneciente a un saurópodo conocido como camarasaurus. El edificio tiene forma de huella tridáctila. Los espacios del interior son amplios pues acogen reproducciones en tamaño real de dos dinosaurios, las galerías que muestran la vida del planeta hace 200 millones de años y un salón de actos destinado a la proyección de cine, audiovisuales y transparencias. La colección de fósiles procedentes del jurásico asturiano supera los 8.000 ejemplares. Para mas información www.museojurasico.com o el teléfono 902.30.66.00
Datos prácticos
Dónde dormir
Hotel el Pescador Barrio de San Miguel,6. 33315 Tazones. Tlf. 985.89.70.77. Habitaciones dobles con baño y TV. Ambiente marinero y vistas a la playa.
Hotel Casa España Pl. Carlos I,3. 33300 Villaviciosa Tlf 985.89.20.30. En el centro histórico. Edificio de principios del siglo XX restaurado. Habitaciones completas. Cafetería y restaurante para clientes.
Hotel Carlos I Pl. de Carlos I,4 33300 Villaviciosa. Tlf. 985.89.01.21. En el casco antiguo. Es una antigua casa palacio del siglo XVII. Habitaciones amplias y acogedoras. Salón con chimenea y ambiente familiar.
La Casona de Amandi San Juan s/n. 33311 Amandi-Villaviciosa. Tlf. 985.89.70.45. Pertenece a la red de Casonas Asturianas. Decoración con antigüedades del siglo XVIII, aparcamiento, salón, biblioteca, galería y jardín francés.
Dónde Comer
El Rompeolas. San Roque, s/n. 33315. Tazones. Tlf. 985.89.70.13. Pescados y mariscos del Cantábrico. Bugres, centollos, calamares, lubinas y sidra.
El Puerto San Miguel, 5 33315 Tazones. Tlf. 985.89.71.01. Parrilladas de pescacos y mariscos. Caderetas y postres caseros.
El Pescador San Miguel, 6 33315, Tazones. Tlf. 985.89.71.45. Decoración marinera. Mariscos del día. Arroz con bogabante, rape a la espalda y caviar de oricios.
Las Terrazas San Roque, 4 33315 Tazones. Tlf. 985.89.70.37. Ambiente familiar. Cocina casera tradicional. Pescados y mariscos. Bonito a la plancha, besugo a la espalda y postres caseros. También alquilan habitaciones

El faro de Tazones
El faro de Tazones es uno de los que mejor se han conservado en el litoral asturiano. Entró en funcionamiento en 1864 para señalar la entrada a la ría de Villaviciosa. La torre se levantó con sillares rectangulares con esquinas achaflanadas y una escalera de caracol en el interior de 37 escalones. La linterna original tenía una luz fija blanca con un alcance de 7 millas naúticas. La actual cuenta con paneles dióptricos centrales y catadióptricos superiores e inferiores, dos lámparas alógenas de 1000 W y una luz eléctrica de 500 W, que emiten una luz blanca fija con tres pausas cada 15 segundos y un alcance de 15 millas.

El azabache de Tazones
El azabache es un típico carbón mineral de color negro brillante, llamado en algunos lugares ébano fósil. Es una variedad del lignio y procede de una familia de árboles jurásicos, parecidos al ciprés actual, que se extinguieron hace 60 millones de años, al mismo tiempo que los dinosaurios. El azabache es un fósil muy frágil y la extracción siempre se ha llevado a cabo mediante procedimientos artesanales. La talla es difícil cuando se hace en tamaños reducidos o con detalles y calados, de ahí que el arte de la azabachería se haya movido en márgenes expresivos muy limitados.

El paisaje Jurásico
Durante el Jurásico superior la costa asturiana tenía otra orientación y los paisajes eran muy diferentes a los actuales, muchos mas llanos y uniformes. Las rocas de origen marino que durante el Jurásico inferior estuvieron sumergidas en el mar comenzaron a emerger, se mezclaron con los materiales blandos procedentes de la erosión fluvial y crearon un litoral fértil, una tierra nueva donde crecieron grandes bosques de araucarias que sirvieron de refugio y fuente de alimento para los dinosaurios. En aquellos tiempos no existía la Cordiller Cantábrica ni la mayor parte de las sierras del interior, que se formaron mucho después, durante las últimas fases de la orogenia alpina, hace unos 30 millones de años, en la primera mitad del período terciario, cuando también tuvieron lugar los fenómenos geológicos que inclinaron los estratos donde se encuentran las huellas de las pisadas.

Icnitas de Tazones
En las rutas guiadas los monitores suelen señalar con tiza las icnitas y los fósiles jurásicos. Por libre es mucho más difícil descubrir una garra o un grupo de belenmnites -fósiles cefalópodos- impresos en las piedras, pués tienen la apariencia de punta de bala. Algunas huellas no están hundidas en la piedra, sino que aparecen como resaltes por efecto de una sedimentación posterior. El yacimiento mas importante está al final del recorrido, en una losa de arenisca de unos 30 grados de inclinación. En la piedra aparecen huellas de tres dedos en varios direcciones y rastros de los movimientos de la cola. En los alrededores de la planta hay icnitas de manos y pies de didosaurios cuadrúpedos.
Equipo
Martillo de geólogo, guía de minerales, un trozo de cristal para rallar rocas, una lima de acero y bolsa para transportar piedras y rocas.
Actividades complementarias
1.- Visitar otros yacimientos de icnitas de la Costa de Los Dinosaurios.
2.- Bañarse en la playa de La Griega, en Colunga, cerca del Museo del Jurásico.
3.- Dibujar con tiza las huellas y los rastros de los dinosaurios que se descubran.
4.- Obsevar los helechos y las plantas del litoral.