martes, 27 de enero de 2009

Sierra del Cuera



La Sierra del Cuera dibuja un extenso territorio de media montaña en el sector oriental de Asturias. Cordillera modesta, de cumbres suaves, puertos ganaderos y frescas vegas entre el mar Cantábrico y los Picos de Europa, el Cuera es una muralla caliza paralela al litoral que divide la marina llanisca, formada por los pueblos costeros del entorno de Llanes, y el Trascuera, constituido por una sucesión de sierras menores en la vertiente sur distribuidas en los municipios de Cabrales, Ribadedeva y las dos Peñamelleras. La ruta elgida para pasear en familia sale del pueblo de Alevia, un bonito conjunto rural de casonas tradicionales y edificios de indianos en la falda de la sierram y visita una de las antiguas zonas mineras que estuvo en explotación hasta mediados del siglo XX. El itinerario está señalizado con las marcan blancas y amarillas del sendero PR-AS-191 y tiene el atractivo de recorrer las dos vertientes de la sierra, dos ecosistemas bien diferenciados que ofrecen paisajes completamente variados y singulares. El imponente lienzo gris de los Picos de Europa, tallado sobre la hendidura del río Cares, ameniza la vista durante la ascensión a las minas. El camino de vuelta es un mirador espléndido de las poblaciones de la costa oriental asturiana, que surgen lejanas y silenciosas desde las solitarias geografías de los montes del Cuera.

Distancia : 6,2 Km.
Agua : No hay
Desnivel positivo de ascenso : 290 metros
Tiempo : 3 horas y media
Principales formaciones : Terreno calizo y matorral de montaña
Edad recomendable : A partir de 6 años
Carritos de bebé : No. Se puede llegar a la mina en carrito por el camino de vuelta
Bicicleta : No. Se puede llegar a la mina en bici por el camino de vuelta, pero hay un repecho fuerte para salir de pueblo
Puntos peligrosos para los niños : Precaución en la mina.

Como llegamos



La capital de Peñamellera Baja es la población de Panes, una encrucijada de caminos cerca de la desembocadura del rio Deva y el límite de Cantabria. En Panes hay que atravesar el Puente Viejo del río Cares y girar a la derecha por una carretera de curvas que sube al pueblo de Alevia.

De donde salimos
Parque de San Antonio, en la salida de Alevia

Por donde vamos
Aparcamiento de Alevia
El punto de partida es un pequeño aparcamiento en la entrada del pueblo, al lado del parque San Antonio. El jardín del parquecito esta emplazado en una pequeña colina con unas vistas panorámicas magníficas de las gargantas que han tallado los rios Cares y Deva en su camino fluvial por las montañas.
La excursión coincide con una parte del sendero de pequeño recorrido PR-AS-191, llamdo ruta del Pico Paisano, una de las opciones senderistas mas cómodas para acceder sin complicaciones ni grandes esfuerzos a las cumbres de la Sierra del Cuera.
El cartel de la ruta está delante del muro de una casa de indianos, como se denominan las construcciones levantadas por emigrantes asturianos y cántabros que hicieron fortuna en América en el siglo XIX y principios del XX. Las dos primeras casas que aparecen en la entrada del pueblo son la Quinta de Arriba y la Quinta de Abajo, construidas respectivamente por don Pepe y don Celestino, dos vecinos de Alevia que pasaron parte de su vida en Cuba. Las característica mas llamativas de los edificios indianos son los jardines exóticos, las palmeras, las galerías acristaladas, los adornos de cerámica y azulejería y los colores de las fachadas, de tonos coloniales y ambientes de ultramar. En la parte alta de la plaza del pueblo el rectángulo de la bolera, construida en 1891 para practicas uno de los juegos tradicionales asturianos. A su alrededor hay varias casonas de piedra y madera y callejuelas estrechas que se distribuyen por la población. La ruta sigue de frente por la calle Rabín y sube al barrio de Llovino, donde aparece el abrevadero de ganado y el lavadero. En la pequeña placita del pilón sale a la izquierda un camino de hormigón que lleva al barrio de la iglesia o Solaiglesia. Se sube de frente por el camino del depósito y en la primera curva aparecen las marcas amarillas y blancas del sendero de pequeño recorrido. El itinerario es circular y para subir a la sierra hemos elegido la vereda de la izquierda, un antiguo camino de herradura que sube a la mina de el Pilar por la ladera mas escarpada y espectacular de la montaña. La primera parte es un pasadizo forestal formado por ramos de abellanos, robles y setos arbustivos. A los diez minutos el cmaino principal gira a la izquierda y atraviesa un prado de siega en dirección al barrio de la iglesia. Las marcas blancas y amarillas dirigen la subida de frente, por un sendero estrecho que asciende a la sierra entre viejas paredes de piedras, cabañas en ruinas y praderas verdes.

Mina del Pilar
El sendero asciende en diagonal por la parte altade los prados de siega salvando sin complicaciones las fuertes pendientes de la sierra. Las marcas de pintura aparecen en las rocas de vez en cuando y sirven para confirmar el itinerario. En algunos pasos los viejos muros que dividen las parcelas están derrumbados y las piedras invaden el camino. La modernización de las técnicas de explotación agraria ha llegado a todos los pueblos de las montañas asturianas. La mayoria de los campesinos y ganaderos utilizan pequeños tractores y vehículos todoterreno para acceder a los prados de siega y los territorios de pastos, acondicionando las antiguas verededas para que puedan subir y bajar las cargas de hierba. Las viejas sendas de herradura están quedando reservadas para usos de ocio activo, como el excursionismo y la bicicleta de montaña. Los aficionados a los deportes de montaña y las actividades al aire libre son los únicos que pueden mantener activos los caminos históricos que durante siglos han formado parte de la vida cotidiana de los pueblos del medio rural asturiano. El sendero sale del terreno amable dedicado a los cultivos de hierba y entre la falda de pico Llueres, donde se encuentra un grupo de antenas de telecomunicaciones. Los agrestes relieves y la fuerte pendiente de la ladera obligaron a los campesinos a excavar el camino en la muralla rocosa de la montaña a golpe de pico, lo que dio lugar a pasajes de vértigo. El último tramo de la subida es una senda estrecha y excitante que parece volar sobre el abismo de la vega del Cares. Con buena visibilidad y tiempo seco, no hay ningún peligro para hacer la travesía con niños.
La senda llega al borde superior de las paredes y parece que no queda mas remedio que tirarse al vacio y salir volando de la montaña, pero el camino hace un giro y entra en un paisaje sorprendente. En la entrada del nuevo escenario aparecen los restos de una vieja polea que servía para transportar mineral y mercancías entre el valle y la mina del Pilar.
Al lado de los hierros oxidados comienza una vereda cubierta de hierba que se interna en un bello campo de colinas calizas, convertidas en prados ganaderos. El camino rodea las grades vaguadas de hierba y llega a un cruce en la zona principal de la mina. El carril de la izquierda se dirige a las cimbres de al sierra y termina en el pico Paisano (867 metros), el mas alto del sector oriental del Cuera. En la cima de la montaña se encuentra una pequeña capilla levantada por un pastor en Alevia, en agradecimiento por haber salvado la vida milagrosamente cuando un rayo descargó sobre su rebaño y mato a las reses.
La excursión continúa por la pista de la derecha, atraviesa los restos de las antiguas instalaciones mineras y sigue por el camino principal rodeando la montaña por la vertiente norte. La mina del Pilar estuvo produciendo mineral de hierro y manganeso hasta los años 70. El pintoresco paisaje minero está completamente desvinculado del cuadro sereno y apacible de los rebaños de caballos y vacas que pastan libremente en la montaña. Las viejas infraestructuras mineras componen un curioso desbarajuste de pabellones en ruinas, profundas bocaminas, manantiales y extraños restos de maquinaria . Las edificaciones mineras y los agujeros de las galerías despiertan la curiosidad en los niños, por lo que hay que estar pendientes de ellos. La mayor parte de los túneles han sufrido algún derrumbe, estan embarrados o inundados de agua y no es posible adentrarse en las galerías. Bajo la vigilancia de los adultos, los chavales pueden merodear por los restos de los lavaderos de mineral, que presentan formas caprichosas, o fisgonear con cuidado por las galerías mas secas, siempre que hayan tenido la previsión de meter una linterna en el macuto y estén preparados para pringarse de barro.
La tradición minera y metalúrgica en el Cuera se remonta a 2000 a.C., cuando los pueblos que habitaban la sierra en la Edad de Bronce conocían perfectamente los procesos para la obtención y manipulación del cobre.

Sierra del Cuera
La excursión deja el entorno de la mina del Pilar y, sin salir de la pista principal, comienza a rodear el monte Llueres. La escasez de masas forestales notables, la altitud y la cercanía del litoral permiten tener una visión completa de la costa oriental de Asturias. Lugares de fama reconocida por sus playas, valores naturales o atractivos turísticos despliegan una línea de manchitas anaranjadas en el borde del Cantábrico. Vidiago, Pendueles, La Franca y su célebre playa, Colombres y su museo dedicado a los indianos o la cueva del Pindal, con pinturas rupestres prehistóricas, son algunos de los rincones costeros que se sumergen en la bruma marina. El camino es muy cómodo y ameno por las vistas. Cuando la pista emprende el descenso hacia las poblaciones costeras aparece un desvio muy claro, señalizado con las marcas amarillas y blancas del PR-AS-191. Tomamos el carril de la derecha, salvamos un pequeño repecho y entramos en un valle estrecho conocido como Vega del Medio, un corredor natural con varias parcelas de pasto, alguna cabaña y una montaña a cada lado. La salida natural del vallecito es un collado donde aparece un camino a la derecha que sube hasta las antenas del pico Llueres. La ruta sigue de frente por la pista de hormigón que baja a las casas de Alevia. En el tramo mas empinado el firme es de hormigón, después hace una horquilla para salvar el desnivel del monte u entra en los prados del pueblo. En la bajada se puede tomar un atajo campo a través o seguir la pista hasta una portilla que separa el territorio de la montaña, reservado a los pastos y el ganado, y los campos destinados a los prados de siega. A los pocos minutos aparece la curva del lavadero y las rústica casonas de Alevia.



Torre y capilla de San Antonio

La torre de San Antonio es la seña de identidad del pueblo de Alevia. La esbelta silueta del torreón se puede contemplar desde multitud de parejes de los alrededores de Panes como un faro de Piedra en la verde ladera de la sierra del Cuera. El monumento se levantó a mediados del siglo XX y en la construcción participaron los vecinos del pueblo, aportando su trabajo, y los indianos del otro lado del Atlántico, que pagaron los gastos. Junto al edificio se encuentra una capilla dedicada al mismo santo, pero de construcción anterior.
El paraje es pequeño pero se ha aprovechado bien el poco terreno llano de la colina para construir un parque con jardines, bancos y arbolado que sirve de mirador del valle del rio Cares y gran parte del concejo de Peñamellera Baja.




Una sierra de pastos

El elemento mas representativo del paisaje en las monteñas del concejo de Peñamellera Baja es la distribución de los pastos. Las majadas o vegas ganaderas dominan el reino calizo de la sierra desde tiempos remotos. Los pastores del Cuera han sabido adaptarse e imponerse a un territorio inhospito de afiladas crestas calcáreas, empinadas laderas y mesetas plagadas de sumideros naturales y dolinas que han rodeado de muros de piedras, convirtiendo los enormes hoyos en zonas de pastos completamente aisladas de la invasión del matorral de montaña, especialmente de las genistas espinosas y los devastadores campos de brezos que cubren el sustrato silíceo en las zonas mas bajas de la sierra. El abandono de las actividades tradicionales y la escasa presencia de la ganadería de montaña durante los meses de verano, estan dejando sin cuidados estas pintorescas construcciones, que poco a poco sufren el deterioro de las inclemencias meteorológicas y el asedio de la vegetación.

Paisaje forestal de la sierra del Cuera



La vegetación forestal de las montañas del Cuera está constituida por bosques de hayas, robles y encinas. La tradición ganadera se remonta a los primeros habitantes prehistóricos y se ha mantenido activa durante siglos, favoreciendo la expansión de un paisaje serrano donde no predominan las masas forestales extensas y frondosas. El hayedo mas importante de la sierra ocupa un valle húmedo y reservado en la cara norte del pico Turbina y los elevados cordales del sector occidental, donde las hayas aprovechan las nieblas procedentes del Cantábrico antes de que atraviesen la sierra. Los robledales han sufrido una degradación muy notable y están representados por pequeñas manchas de carbayos en la vertiente norte y rebollares en la cara sur. También hay encinares acompañados de alisedas y repoblaciones forestales de pino y Monterrey y eucalipto. La cubierta predominante es un manto muy arraigado de genistas y brezales, habitual en las sierras calizas, donde domina la media montaña por encima de los pastizales y las parcelitas cuadriculadas de los prados de siega.


Que podemos aprender
Como hacer un herbario
En la naturaleza hay multitud de hierbas que pueblan los campos y las montañas, regalan colores y aromas cuando florecen y proporcionan alimento a insectos y animales herbívoros. Las tierras menos trabajadas por el hombre -los suelos ásperos y pedregosos, los bordes de los caminos y las lindes de los bosques- son buenos lugares para encontrar una flora silvestre muy particular y realizar interesantes observaciones sobre la vegetación de medio. El sendero de Alevia a la mina del Pilar es todo un escenario de hierbas campestres que comienzan a florecer en primavera y alcanzan el mayor despliegue de colores en verano. Las laderas poco fértiles de l monte Llueres, pedregosas, secas y cubiertas de matorrales de brezos, aulagas y retamas, se transforman en verano en un fascinante mosaico de colores amarillos, rosas y violetas. Las plantas no se mueven, como los pájaros y los animales, repiten año tras año el mismo lugar para crecer y tendría que ser muy fácil su identificación. En la práctica es todo lo contrario: resulta relativamente complicado distinguir todas las especies de hierbas que crecen en las sierras cantábricas, debido sobre todo a los cambios bruscos de clima, altitud y orientación. Para recolectarlas no es necesario ser un botánico experto, pero es conveniente llevar un libro y saber distinguir, al menos, las plantas venenosa o malas hierbas, como la belladona, el narciso amarillo, la coronilla de fraile, ls dedaleras púrpuras o la hierba cana, y recoger para nuestra colección otras bellezas del campo, como las amapolas, pensamientos, malvas, narcisos, lotos o linarias, respetando siempre las especies protegidas, como la genciana, muy abundante en la cordillera Cantábricas, y el edelweiss, la estrella silvestre de los Pirineos. Para hacer un herbario hace falta una carpeta o cuaderno de anillas, papel secante, pegamento, etiquetas, pinzas y cinta adesiva. Las plantas elegidas se cortan por el tallo, nunca se arrancan, y se ponen en agua, o se envuelven en un trapo húmedo mietras se preparan las planchas de secado. La colección se mas bonita y completa cuando la planta se corta con hojas, tallos, púas, flores y todos los elementos que puedan servir para identificar la especie. Las hierbas se secan entre dos hojas de papel secante, después se pegan en una hoja de papel transparente, con mucho cuidado porque son muy frágiles cuando están secas, anotando en una etiqueta el nombre de la planta y todas las observaciones relacionadas con le momento y lugar de la recogida. La hoja se pone en un cuaderno de anillas y ya forma parte de la colección.

Que mas visitar
Museo de Bolos
Está situado en la plaza de Panes y rinde homenaje a los jugadores que han sabido conservar la práctica del juego mas tradicional de Asturias. Muestra el proceso de fabricación de los bolos, los instrumentos utilizados en la bolera y las catorce modalidades prácticas de Asturias.


Cueva de la Loja
En El Mazo, a dos kilómetros de Panes en dirección a Unquera. Es una muestra destacada del arte rupestre asturiano y cantábrico del período Magdaleniense, hace unos 15.000 años. En el panel principal se ven figuras de varios bóvidos y signos extraños. Abierta en Semana Santa y verano. Las entradas se vendenen la oficina de turismo de Panes.


Sauceda de Buelles
En el pueblo de Buelles, cerca de Unquera, se encuentra una de las saucedas mas hermosas y mejor conservadas de la cornisa Cantábrica. El acceso es muy sencillo desde la N-621, en la entrada a Buelles , o por la AS-114, cerca del pueblo de Narganes. El bosque de sauces se extiende por ambas orillas del rio Deva.
Las especies predominantes son el sauce y el aliso.

Datos prácticos
Donde dormir
Casona de Alevia
Alevia, s/n. 33579 Alevia. Tlf. 985.41.41.76 Casa de labranza del siglo XV rehabilitada cuidando la estructura original. Decoración rústica y buena atención. Pertenece a la red Casonas Asturianas y al club de hoteles Rusticae.

Casa de aldea El gaiteru
Barrio Solaiglesia, s/n. 33579 Alevia. Tlf. 985.41.40.50. Perteneció al Gaitero Mayor de Asturias Manuel Rivas. Decoración rústica en piedra y maderas nobles. Salón con chimenea y televisión en planta baja.

Hotel rural La Joya de Siejo. Alevia, s/n. 33579 Alevia. Tlf. 985.41.41.27. Casa de nueva construcción decorada en estilo rústico. Hospitalidad y ambiente familiar. Desayunos con productos de la zona.
Donde comer
Covadonga Pl. de la Iglesia s/n 33570 Panes. Tlf. 985.41.57.49. Es el restaurante del hotel. Cocina típica de la comarca. Fabas de Paraina, salmones y truchas de temporada, setas de los Picos, lechazos, carnes rojas y postres caseros. Celebra jornadas gastronómicas dedicadas a la caza. Postres caseros.
Tres palacios. Mayor, s/n 33570 Panes. Tlf. 985.41.40.32. Es el restaurante del hotel . Recetas de la huerta, matanza y carnes de la zona. Especialidad en salmón del Cares y quesos de Peñamellera Baja.

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